Se hacía ayer eco El Pais
de cómo LA PARS había investigado comportamientos nada éticos del
gerente del ICS José María Padrosa. La relevancia fue tal que hoy sigue
en destaque cómo la Oficina AntiFrau
ha decidido intervenir de oficio en el asunto. Por si alguien todavía
no está enterado, en tiempos de duros recortes en la sanidad, las
empresas que apoderaba Padrosa (al parecer, incumpliendo normas
parlamentarias que hoy todos los grupos menos el suyo critican)
facturaron 40 millones en tres años a la sanidad catalana de la que
Padrosa es el “número 2″. El número 1, ya saben, es Boi Ruiz,
ex-presidente de la Unió Catalana de Hospitals, que se hizo acompañar
para atravesar la “puerta giratoria” de lo privado a lo público, de
buena parte de la cúpula dirigente. Entre ellos, Padrosa, entonces
director del holding de empresas dedicadas a fisioterapia,
rehabilitación y logopedia que se han visto “agraciadas” con contratos
millonarios desde la pública. Desde el inicio de la maniobra con la que
Artur Mas escoge para conseller de Salut al destacado miembro de la
sanidad privada, las puertas giratorias se empiezan a convertir en un
auténtico butrón. Y los primeros que se atrevieron a denunciarlo (los
editores de la revista cafeambllet , tuvieron que sufrir las consecuencias).
Pero Albano y Marta no están sólos en la defensa a fondo de la
sanidad pública. Hace ya algunos meses, seis organizaciones pusieron una querella a Boi Ruiz
por temas estrechamente relacionados, con un final demasiado
previsible…(ya decimos en Catalunya, que de derrota en derrota, hasta la
victoria final”) . Y en un tono mucho más serio, escribía Carlos
Jimenez Villarejo (Boi Ruiz se libra de la querella)
el pasado mes de febrero, entre otras cosas: “El Auto del Tribunal
otorga amparo al conseller Boi Ruiz y su equipo, al respaldar sus
políticas antisociales y antihumanitarias y justificar las presuntas
formas de corrupción del Departament descritas en la querella. Y lo
hace, precisamente, ante denuncias por delitos cometidos desde las
estructuras de poder, invocando que el derecho penal está presidido por
el principio de “intervención mínima”. Y, tan mínima, Sres. del
Tribunal, si las conductas presuntamente delictivas están realizadas por
quienes detentan cualquier clase de poder. Ante los delitos menores
cometidos por miembros de las clases populares, la respuesta judicial es
casi siempre contundente.” Y seguía: ” Una de las formas del Gobierno
conservador de CiU de protegerse frente a la ciudadanía, es precisamente
contar con el apoyo de los tribunales. Porque, no lo olvidemos, solo se
trataba de iniciar una investigación que, obviamente, no predeterminaba
el resultado. Pues, ni eso. El portazo del Tribunal Superior de
Justicia a los ciudadanos favorece simultáneamente al Gobierno de CiU
que trata de engañarlos con supuestas apelaciones a la causa de
Catalunya, mientras se consolida la protección de la casta política
gobernante”.
Ahora va quedando bien demostrado que había base para la querella, que
la condena a Cafeambllet fue un escarnio, y que es absolutamente
imprescindible investigar los altos cargos de la Conselleria de Salut si
se quiere preservar la sanidad pública y no hacer burla sangrienta de
la democracia. Y a pesar de que Carlos Jiménez Villarejo citaba la
afirmación del letrado Seguí en el citado recurso, ”callaré
protestando”, hemos tenido la suerte de que gente muy valiosa
sigue exigiendo Justicia de verdad, y denunciando que, aunque los
Tribunales lo amparen, este equipo que desgobierna nuestra sanidad ha
convertido el paso de lo público a la privado en un saqueo continuo.
Para eso mismo construyeron este hediondo butrón que sólo sigue siendo
invisible para quienes -por miedo, servilismo o lamentable ceguera- no
quieran ver cómo debilita los cimientos de la sanidad, la salud y la
convivencia.
Article escrit per Àngels Martínez i Castells, publicat al seu bloc PUNTS DE VISTA
Article escrit per Àngels Martínez i Castells, publicat al seu bloc PUNTS DE VISTA
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