LES ALTERNATIVES DE GESTHA

Moltes d'aquestes propostes podrien aplicar-se en el termini d'un any.

CUANDO QUEDAS ATRAPADX EN LA DESTRUCCIÓN, DEBES ABRIR UNA PUERTA A LA CREACIÓN. Anaïs Nine

Es de las crisis que nacen la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Albert Einstein

INTERFERÈNCIES

Los diputados del pueblo no son sus representantes, sólo son sus comisarios. Las leyes que el pueblo mismo no ratifica no tienen validez, son leyes nulas. Jean-Jacques Rousseau

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Si no somos dueños de la frescura del aire, ni del brillo del agua, ¿Cómo podrán ustedes comprarlos? Gran Jefe Seattle

EL ACONTECIMIENTO #15M

No me fio de la incomunicabilidad, es la fuente de toda violencia. Jean-Paul Sartre

dimecres, 27 de febrer del 2013

ROSA MARÍA ARTAL DIU ADÉU A STÉPHANE HESSEL I ENS CONVOCA A AGAFAR EL RELLEU

Acaba de morir Stéphane Hessel. Tenía 95 años. Su libro ¡Indignaos! ( 2011), 19 páginas, tamaño apenas de cuartilla, editado en Francia en una pequeña editorial y vendido a 3 euros, fue una sacudida que impregnó a medio mundo y caló particularmente en España. Un ataque frontal al neoliberalismo y sus políticas degradadoras, un llamamiento a la juventud para que tomara las riendas. Era un panfleto, el renacer del género y  apareció en España con prólogo de José Luis Sampedro vendiendo varios cientos de miles de ejemplares. Tenían la misma edad, unos meses menor Hessel que no ha llegado a cumplir los 96 en Octubre.

Sin apearse ni de la vida ni de su constante lucha, ambos hombres arrostraron los achaques lógicos de la avanzada vejez para dar una lección de empuje y coherencia. Eran muy distintos. Hessel se crió entre la intelectualidad -hijo de una pintora, mujer singular e inconformista, y de Jules, judío alemán traductor de Proust-, en la familia que dio origen a la película Jules et Jim de François Truffaut. Debido a su origen judío el joven Sthèpane fue detenido y recluido en los campos de concentración de Buchenwald y Dora-Mittelbaus, donde fue torturado. Lejos de salir vencido, siguió su lucha y en 1948 sería uno de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el anhelo de un mundo mejor. Sampedro, a la par, aspiraba en su niñez otras culturas en Tánger, para comenzar a trabajar a los 16 años ya en España, tras ganar una oposición a funcionario de aduanas, y escribir libros que aguardarían incluso más de cuatro décadas en ser publicados. Casi un siglo ambos de trayectoria plena e insobornable compromiso. La preocupación por la deriva de la sociedad actual les unió.

Juntos estuvieron en un acto en España, organizado por la embajada francesa. Largas colas, sobre todo de compatriotas de Hessel en un día de lluvia. Le veneraban. Estaba por encima de todos. No había otro en Francia como él, decían. “No, en España no sentís lo mismo por nadie”, comentaron.

Hessel nos regaló un pequeño prólogo también para Reacciona (2011), el libro que en España siguió su senda y que apareció casi simultáneamente a Indignaos. España se encontraba mucho peor, cobrábamos –sin ir más lejos- la mitad del sueldo de nuestros vecinos franceses. En aquél texto que coordiné, participaron José Luis Sampedro, Mayor Zaragoza, Baltasar Garzón, Ignacio Escolar, Àngels Martínez Castells, Lourdes Lucía, Juan Torres o Javier Pérez de Albéniz, entre otros. También fue muy influyente. Hessel abría la puerta a la convocatoria a hacer algo ante lo que nos sucedía:
“Frente a los peligros que enfrentan nuestras sociedades interdependientes, es tiempo de acción, de participación, de no resignarse. Es tiempo de democracia genuina.  Tiempo de movilizarse, de ser actores y no sólo espectadores impasibles, progresivamente uniformizados, gregarizados, obedientes”.

Apenas han pasado dos años de aquellos días y parece una eternidad. Muy poco después arrancaría -y no por casualidad- el 15M como una eclosión de ciudadanía, llenando las plazas de España, enarbolando la indignación de Hessel. Luego llegó el cambio político en España, hacia más neoliberalismo. Luego llegó… mucha más injusticia, mucha más desesperación, indignación… dosificada. Decía Hessel que “la dificultad agudiza el ingenio”.

Precisamos mucho del que ahora se va con el gran hombre francoalemán y universal. Sobre todo, el compromiso del que él nunca dimitió. Es necesario tomar el relevo. No son tiempos de desperdiciar la energía ni los terrenos ganados que se están yendo por un sumidero. El final de Indignaos cobra hoy todo su significado: “Una verdadera insurrección pacífica contra los medios de comuniciación de masas que no proponen otro horizonte para nuestra juventud que el del consumo de masas, el desprecio hacia los más débiles y hacia la cultura, la amnesia generalizada y la competición a ultranza de todos contra todos”. Llamando “a los que harán el Siglo XXI” a la acción porque “Crear es resistir, resistir es crear”. Él descansa ya, es nuestro turno.

Llegit al seu blog EL PERISCOPIO

diumenge, 24 de febrer del 2013

HUMANO, DEMASIADO HUMANO


"Los problemas filosóficos revisten hoy las mismas formas que hace dos mil años: ¿cómo puede nacer una cosa de su contraria, por ejemplo, lo razonable de lo irracional, lo sensible de lo muerto, la lógica del ilogismo, la contemplación desinteresada del deseo avaro, el altruísmo del egoísmo, la verdad del error?"

Friedrich Nietzsche, Humano, demasiado humano  



dijous, 21 de febrer del 2013

Por qué el Estado español y la Generalitat de Catalunya ingresan pocos fondos, por Vicenç Navarro


Hoy estamos viendo en España unos recortes enormes en los servicios públicos al Estado del Bienestar, tales como sanidad y educación, argumentándose que el Estado no tiene dinero para sostenerlos. Esto no es cierto. El Estado (tanto central como periférico) puede obtener el dinero público, no sólo para evitar los recortes, sino también para expandir el muy subfinanciado Estado español. En nuestro país las rentas superiores no están contribuyendo al Estado como lo hacen sus homólogos en el resto de los países de la UE-15. Y los intentos de que lo hagan están fracasando.

La limitada subida de algunos impuestos, tanto a nivel de España como en Catalunya, ha generado una previsible movilización de los súper ricos, de los ricos y de las clases medias de rentas altas en contra de tales subidas, argumentando que estos grupos sociales ya están entre los grupos que pagan más impuestos en la Unión Europea. Así, La Vanguardia, un rotativo de clara orientación neoliberal y conservadora, próximo al mundo empresarial en Catalunya, respondía a las propuestas de aumento impositivo por parte del gobierno de la Generalitat con un titular en primera plana (27.01.2013), señalando que los impuestos en Catalunya y en el resto de España ya eran los más elevados en la Unión Europea.

Tal aseveración, sin embargo, no es creíble. Para analizar la veracidad del argumento hay que estudiar los tipos de impuestos que los distintos sectores de la población pagan. Comencemos por el IRPF, el impuesto sobre los ingresos individuales. Como estos ingresos pueden proceder del trabajo o de la propiedad, es importante analizar separadamente cómo tributan las rentas del trabajo y cómo lo hacen los que derivan sus rentas del capital. Pues bien, en este último caso(es decir, cuando las rentas derivan de acciones y dividendos, de títulos de deuda pública o privada y/o de fondos de pensiones, de vida o de accidentes, los propietarios de tal capital pagan un “tipo nominal” (es decir, el tipo que pagan en teoría) del 21% cuando los ingresos son inferiores a los 6.000 euros, de un 25% por las rentas entre 6.000 y 24.000 euros y de un 27% por las rentas superiores. Todos estos gravámenes son mucho menores que los que se aplican a las rentas del trabajo. Este tratamiento diferencial de la carga impositiva es un indicador más de la enorme influencia que la población súper rica y rica tiene en las instituciones del Estado, tanto central como autonómico.

Pero el problema es incluso mayor, pues los súper ricos (las grandes fortunas) y los ricos no declaran la mayoría de sus ingresos vía el IRPF. Cuentan con gabinetes de asesores fiscales que les guían para minimizar sus aportaciones al fisco, y uno de los mecanismos empleados son las Sociedades de Inversión de Capital Variable, conocidas como SICAV, para las que la carga impositiva es mínima. Estos fondos están enormemente concentrados, como reflejo de la enorme polarización de las rentas existente en Catalunya y en el resto de España. 3.000 SICAVs en España (que pertenecen en su gran mayoría a las grandes fortunas) poseen 23.000 millones de euros y son gestionadas por los grandes bancos, BBV o Santander, entre otros.

La Banca es, por cierto, el colectivo a través del cual existe mayor evasión fiscal. Y una manera de realizar tal evasión fiscal (que puede ser incluso legal, aunque la mayor parte de ella sea ilegal) es a través de los paraísos fiscales, siendo Luxemburgo uno de los más utilizados. Tal país, de sólo medio millón de habitantes, es uno de los centros de mayor gestión de fondos financieros, y ello debido a que es un paraíso fiscal. Este país, miembro de la Unión Europea, ha liderado, junto con Alemania, las políticas neoliberales en el gobierno de la Unión Europea y en la Eurozona, presionando a España para que haga dramáticos recortes (a fin de que el Estado español pague la deuda a los bancos europeos, incluyendo los españoles, que depositan el dinero en Luxemburgo). Luxemburgo, portavoz del pensamiento neoliberal, ha sido uno de los países que han promovido más la libertad del movimiento de capitales financieros dentro de a Unión Europea, habiéndose beneficiado enormemente de este movimiento a costa de otros países. Su prima de riesgo respecto a Alemania es nula y su deuda pública es el 18% del PIB. Ello se debe en parte a que absorbe capitales de los países periféricos, como Catalunya y el resto de España, que escapan de pagar impuestos forzando a estos países a endeudarse.

Otro destino de los fondos que evaden al fisco español es la Banca Suiza, habiendo adquirido gran visibilidad recientemente como consecuencia de las declaraciones de Hervé Falciani, empleado de la banca HSBC, que ha obtenido la lista e información de 130.000 cuentas de evasores del fisco de varios países, incluido Catalunya y España, lista que el Estado español tiene y que debería hacer pública. Tal situación ha sido objeto de una serie de artículos de The New York Times a los cuales he hecho referencia en mi artículo “La banca, el fraude fiscal y el New York Times” (Sistema digital. 21.10.11). Tal artículo mío, por cierto, ha sido canallescamente manipulado y ampliamente distribuido, añadiendo en la versión manipulada nombres de personalidades políticas que no estaban ni en mi artículo original ni en los de The New York Times, que señalaban y denunciaban la complicidad entre el poder político y la banca.

Pero hay muchas otras maneras de evitar el fisco. Así, se da el caso de que según la información provista por Hacienda, sólo el 3% de los contribuyentes declara ganar más de 600.000 euros al año, lo cual es a todas luces increíble y sólo 3.000 personas declaran ingresar al año más de un millón de euros, otra cifra tampoco creíble. En realidad, el sindicato de los técnicos del Ministerio de Hacienda, GESTHA, ha mostrado que tres de cada cuatro pequeños empresarios y autónomos declaran ingresar menos de mil euros al mes. Durante muchos años los empresarios y autónomos han declarado ingresos menores que los trabajadores. En 2007, por ejemplo, los autónomos declararon ingresar como media 13.525 euros, comparado con los 18.400 euros declarados por los asalariados.

Esta situación se da en toda España, siendo ésta la causa de que los ingresos al Estado (y a la Generalitat de Catalunya) sean tan bajos. Se me dirá que esta situación no es única de Catalunya  ni tampoco de España. Pero lo que se ignora en esta afirmación es que la situación de privilegio de las renta superiores es mucho mayor en este lado del Pirineo que en el otro lado de Europa. Así, según Fiona Maharg Bravo, columnista del Reuters Breakingviews. (Spain’s bosses need an internal devaluation”.  20.07.12) el Presidente de Telefónica, el Sr. César Alierta, que ha sido la máxima autoridad de tal empresa española desde el 2000 al 2011, tiene una compensación de 10.2 millones de euros al año (salario, bonos, beneficios y pensión). Sus homólogos en la compañía de igual naturaleza y características en Francia, France Telecom, y en Alemania, Deutsche Telecom, recibieron 1,6 millones y 3,9 millones respectivamente. En las compañías de Petróleo, la máxima autoridad de Repsol, Antonio Brufau, ingresó 10,5 millones de euros el año pasado, el doble de lo que ingresó el director de la compañía francesa de petroleo, equivalente a Repsol en Francia, ENI.

Un tanto semejante en la banca, donde el Consejo de Dirección del BBVA vio su compensación incrementarse un 26% en los años de crisis, del 2007 al 2011, mientras que el valor de sus acciones se redujo a la mitad. Las grandes compañías bancarias españolas vieron grandes subidas de las bonificaciones de sus equipos de dirección que guardan poca relación con los beneficios de la banca o el precio de sus acciones. Sus Consejos de Dirección son los segundos mejores pagados de Europa (después de los suizos), con la compensación fija más alta y mayor permanencia en sus puestos de dirección. Y así vamos. Ahora sí, La Vanguardia se queja de que los súper ricos pagan demasiados impuestos.

Article publicat per Vicenç Navarro al seu bloc

dimarts, 19 de febrer del 2013

EL DERECHO DEL TRABAJO

  

Article escrit per l'admistradora del bloc

Es importante explicar, antes de entrar en materia, que en los inicios de la formación de la fuerza empresarial, l@s obrer@s no consideraban la acumulación como deseable, (de hecho, ésta es la (re)creación por excelencia del sistema capitalista, en la cual se asienta), por lo que limitaban su actividad laboral al mantenimiento de sus necesidades básicas. Ante esta perspectiva, y para poder mantener el ritmo de producción deseado en sus fábricas y talleres, los empresarios disminuyeron los salarios significativamente, de manera que l@s trabajadorxs se vieran en la necesidad de prolongar al máximo una extenuante jornada laboral que les proporcionara el sustento, al tiempo que se dictaban sanciones penales a to@s aquéll@s que no cumplieran con su contrato de trabajo, limitando su movilidad y convirtiendo la fábrica en una fortaleza dirigida con una férrea disciplina. 

Una vez domesticad@s, garantizando así la provisión de mano de obra, la imposición del Trabajo se eleva a la categoría de Derecho.       


Mujeres trabajadoras de OSETIA
El Derecho del Trabajo, aunque conseguido en buena parte gracias a las luchas obreras, surge como exigencia del propio sistema capitalista para poder mantenerse y perpetuarse en el tiempo. Podemos decir que este sistema de producción cede a algunas de las reivindicaciones  sociales y laborales de l@s trabajadorxs ante la necesidad de garantizar la reproducción y supervivencia  de la mano de obra que lo sostiene. Para ello, debe mejorar la salud y las condiciones de vida de mujeres, hombres y niñ@s de manera que haga mínimamente soportable el alto nivel de explotación al que el sistema había sometido al proletariado y que hacía peligrar su propia existencia.  

De esta forma, el capitalismo se dota a sí mismo de un instrumento que pone en manos del Estado para que éste regule, en su propio beneficio, una relación entre dos fuerzas antagónicas en la que no se cuestiona jamás ni se pone nunca en peligro el status quo en el que una de ellas se mantiene como hegemónica y la otra como subordinada, de manera que a través de pequeñas concesiones el sistema no sólo permanezca intacto en el tiempo, sino que adquiera solidez. (El poder económico no desea apoderarse del Estado: lo necesita para imponer sus condiciones mediante la regulación jurídica y así dotarlas de carácter legal, obligando a su cumplimiento, y también para defender sus exigencias mediante las fuerzas represivas dependientes del poder político gobernante, al que no puede desobedecer sin incurrir en graves responsabilidades penales.)

Desde los años 80 hasta nuestros días no ha cesado el mantra neoliberal que culpa, en buena medida, a la supuesta rigidez del mercado laboral de obstaculizar la recuperación económica e, incluso, la señala como una de sus causas desencadenantes, de manera que no se cuestione jamás la viabilidad del sistema y, al mismo tiempo, se justifique la paulatina eliminación de las normas protectoras de los derechos de l@s trabajadorxs, llevada a cabo, en muchos casos, por partidos políticos social-demócratas, con el beneplácito de las fuerzas sindicales que han renunciado, gradualmente y sin pausa, a las grandes reivindicaciones laborales, legitimando socialmente, unos y otros, estos retrocesos.

Así, durante diversos años entre 1970 y 1980,  y malversando el lenguaje, se imprimieron expresiones tales como “Derecho del Trabajo de la Emergencia” o “Derecho del Trabajo de la Crisis”, que contenían medidas contrarias a los intereses de la clase trabajadora con la excusa de ser necesarias para paliar el alto índice de desocupación imperante en la época, abriéndose una etapa de “Concertación Social” en la cual las aspiraciones de mejoras laborales y sociales chocaron de pleno con la “Negociación Concesiva”. Todo un derroche de creatividad lingüística al servicio de la clase empresarial y las élites financieras.

La  aplicación de estas medidas restrictivas en materia de derecho laboral debía tener una duración limitada en el tiempo. Sin embargo, siguió manteniéndose en los períodos de crecimiento económico: en palabras de Adoración Guamán y Héctor Illueca “la desregulación del trabajo asalariado vino para quedarse”, El Huracán Neoliberal.  

La imperante hegemonía de la ideología liberal en materia económica fue desbancada por la política intervencionista de John Maynard Keynes desde  1929 -año del estallido de La Gran Depresión norteamericana- hasta la década de los 70 -en que estalla la crisis del petróleo-. El Keynesianismo se expandió por los países industrializados tras la II Guerra Mundial hasta que Margaret Thatcher, triunfadora en las elecciones británicas de 1979, y Ronald Reagan, nombrado presidente de EEUU en 1980, acaban, definitivamente, con este período de conquistas sociales y laborales.

Este giro de 360º en las políticas económicas, llevadas a cabo en gran parte de Norteamérica y Europa y que beneficiaron a las clases populares, fue posible, en primer lugar, a la amenaza que supuso para la élite que sostenía el poder la Revolución Rusa de 1917 -la Revolución de Octubre- con la  que  se demostraba que otro orden económico y social era posible, y en segundo lugar, a las luchas del proletariado estadounidense durante el período de la Gran Depresión con las que se cuestionó la legitimidad de la clase dominante y, por tanto, su mantenimiento en el poder.   

Con el desmoronamiento de la Unión Soviética en 1989, y el consiguiente retroceso de la ideología marxista, podemos decir que el neoliberalismo ve caer el bastión que hasta ese momento había opuesto resistencia a su expansión -aunque aún quedan muros en alto- presentándose como la única ideología capaz de coexistir con el sistema democrático, un sistema que ella misma se ha encargado de pervertir. 


 

diumenge, 17 de febrer del 2013

LA POLÈMICA ACCEPTACIÓ DE ANTONIO MUÑOZ MOLINA DEL PREMI JERUSALEM

Beatriz Gimeno analitza en aquest article, amb una  gran clarividència, la polèmica plantejada  arran de l'acceptació per part del guardonat del premi Jerusalem de Literatura, concedit pel govern d'Israel a l’ intel·lectual Antonio Muñoz Molina. L’autora desmunta de manera magistral els febles arguments que l’escriptor va esgrimir per tal de defensar-se de les crítiques rebudes per  una bona part de la comunitat intel·lectual i activista en pro dels Drets Humans, que han considerat del tot inapropiat l’acceptació d’aquest premi pel seu component implícit de legitimació d’unes polítiques estatals que persegueixen la deshumanització del poble palestí.

La polémica con Muñoz Molina

Hace unos días se desató una enorme polémica por el hecho de que Antonio Muñoz Molina aceptara y recogiera el premio Jerusalén concedido por el gobierno de Israel. Su actitud ha sido fuertemente criticada por intelectuales y activistas de los derechos humanos y el escritor, para defender su postura, ha esgrimido argumentos algunos de los cuales pueden ser ciertos,   pero que él ha utilizado de manera torticera. Por razones que ahora explico he seguido la polémica con mucho interés.

Soy licenciada en lengua y cultura hebrea. Estudié hebreo en la Universidad porque me fascina la historia del pueblo judío y su cultura. Aunque me cuesta hacer afirmaciones del tipo “los judíos son, los franceses son…, o los gitanos son…”, algo cierto hay siempre en ese tipo de afirmaciones que desvelan y ocultan al mismo tiempo. Los judíos pueden ser algo de lo que se dice y muchas otras cosas que no se dicen, como los latinos o los escandinavos. La historia del pueblo judío en Europa es la historia de un pueblo pequeño que se centra en la cultura escrita para no desaparecer y que concentra en sí un porcentaje desproporcionado para su tamaño de poetas, filósofos, científicos, historiadores, filólogos, estudiosos, médicos… Es una historia luminosa. Pero es también una historia negra, una historia de siglos de racismo, persecuciones, exclusiones, pogromos, matanzas, expulsiones y discriminaciones de todo tipo que concluyeron, como sabemos, con el genocidio.

La historia de la humanidad puede seguirse desde el horror, desde la intolerancia, desde el aniquilamiento de los que son percibidos como “los otros”. El caudal de sufrimiento que unos seres humanos han ocasionado a otros es imposible de contabilizar o medir; en el mundo ese sufrimiento y ese horror se siguen produciendo cotidianamente. Y aun así, a pesar de lo parcial, injusto o falto de sentido que es hacer una medición de qué matanzas, torturas, genocidios, discriminaciones o qué exclusiones son peores que otras, lo cierto es que el genocidio es especial, único en muchos aspectos. Superó todo lo conocido y es muy difícil que ningún horror pueda igualársele. Por la cantidad de personas que fueron asesinadas: millones (no sólo judíos); por el método industrial empleado, por el plan trazado en algunas cabezas enloquecidas desde años antes para edificar una industria cuyo único objetivo era asesinar, por todo lo que fue necesario hacer para poder llevar a cabo ese asesinato masivo,  por su crueldad extrema y sin sentido (no había ninguna razón excepto la maldad en estado puro).  En fin, todo esto es conocido.

Después de la debacle que supuso la II Guerra Mundial, se produjeron movimientos políticos, con los que se puede estar de acuerdo, que se pueden ver como inevitables o con los que se puede estar profundamente en desacuerdo, pero que produjeron un reordenamiento geopolítico a través de los procesos de descolonización y esto, sumado a muchos otros factores, condujo, entre otras cosas, a la creación del Estado de Israel. Independientemente de lo que se opine de esto, lo cierto es que hasta ese momento los judíos habían sido un pueblo perseguido y oprimido; lo cierto también es que desde ese momento el Estado de Israel se convirtió en un estado opresor. Esto no es nada extraño ni único en la historia porque, como dijo la poeta Adrianne Rich “la opresión no es la madre de la virtud” y así ocurrió también en este caso. Lo cierto es que los sucesivos gobiernos de Israel han llevado a cabo una política perfectamente comparable al apartheid que se instauró en Sudáfrica. Una política que consiste en despojar a los palestinos de todo, de sus bienes, de su nacionalidad,  de sus tierras, de su cultura, de sus casas, de su libertad y, por supuesto, de sus derechos. Una política sistemática de exterminio cultural para convertirlos en personas que no tengan derecho a nada y uno de cuyos ejes es confinarlos a todos en un territorio cercado a modo de inmenso campo de concentración. No es una política de exterminio físico, como fue la de los nazis (aunque contenga elementos de muerte). Es una política para mantener a los palestinos como mano de obra barata y sin ningún derecho, sin derecho siquiera a moverse libremente por su país. No veo ninguna diferencia entre esta política y la que creó y mantuvo el apartheid sudafricano.

Es verdad, como dice Muñoz Molina, que las críticas justas que generan las políticas del estado de Israel están teñidas muchas veces de antisemitismo primario. Es verdad que, como también dice, es injusto atribuir a todos los israelitas culpa por las políticas de sus gobiernos. Yo misma he abandonado indignada alguna manifestación propalestina por las barbaridades racistas que se decían de “los judíos” (confundiendo ahora etnia o religión con nacionalidad) Todo eso es cierto. Es cierto también que en Israel hay ciudadanos y ciudadanas israelitas disidentes que luchan contra las políticas de sus gobiernos, por la paz, por los derechos del pueblo palestino; que hay israelíes que se organizan  que trabajan en los territorios ocupados. Todo eso es cierto y es verdad también que es reduccionista (y puede que antisemita)  pasarlo por alto como suele hacerse y convertir a los israelistas en los “judíos malvados” y depositarios de todos los tópicos racistas que han circulado por Europa durante siglos. Es verdad que se cae en eso con mucha facilidad.

Pero también es verdad que la Sudáfrica racista era una democracia en la que los blancos podían votar (solo ellos), que había muchos blancos que no eran racistas y que militaban contra el racismo, que se jugaban la vida en la lucha contra el apartheid; y no por eso los organismos internacionales, con la ONU a la cabeza y todos los gobiernos, dejaron de boicotear a ese país, de denunciarlo internacionalmente. Se juzgaban políticas de estado no a la población blanca en su conjunto. El reconocimiento de la pluralidad ideológica de los blancos no impedía ni desaconsejaba el aislamiento internacional del país, su boicot en todos los ámbitos posibles: deportivos, culturales, empresariales, políticos etc. Seguro, además, que los blancos antirracistas apoyaban esas políticas que finalmente terminaron derribando al régimen sudafricano. Esto es aplicable a Israel.

Decir que las políticas de los sucesivos gobiernos de Israel, erigidas en política de estado por encima de cualquier discusión, son racistas, discriminatorias, antidemocráticas, que atentan contra los derechos humanos básicos… no quiere decir asumir que todos los ciudadanos de Israel las comparten; no quiere decir negar la disidencia interna, no quiere decir afirmar que los israelíes son un todo indistinto entre ellos y con sus gobiernos. Solamente quiere decir lo que dice: que ese estado, en tanto no cambie sus políticas hacia el pueblo palestino, es un estado racista que viola constantemente los derechos de una parte de su población, así como la legalidad internacional repetidamente y que, por tanto, no merece estar en ningún organismo internacional y merece, además, la condena y el boicot de cualquier persona a la que de verdad le importen la democracia o los derechos humanos. Un premio otorgado por el Estado de Israel sólo puede aceptarse si se aprovecha la tribuna pública que ofrece para condenar la política de Israel respecto al pueblo palestino; si se acepta y no hay condena ninguna eso sólo puede querer decir que se apoyan dichas políticas. En fin, Muñoz Molina ha estado en el corazón de un estado que practica la limpieza étnica, que discrimina, expolia, humilla, niega y persigue a una parte de su población y no le ha parecido conveniente decir nada excepto que él se siente perseguido. Ha sido penoso y para mí Muñoz Molina se ha deslegitimado como defensor de los derechos de nadie, porque los derechos humanos son universales y su defensa tiene que serlo también.

Beatriz Gimeno, article publicat a EL PLURAL el 15-02-2013

dimecres, 13 de febrer del 2013

SI NO SUMES, RESTES: TOTHOM AMB LA PAH DISSABTE DIA 16. LI DIUEN CRISI PERÒ ÉS UNA ESTAFA; LI DIUEN SUICIDI PERÒ ÉS UN GENOCIDI FINANCER








"VÍCTIMAS DE LOS DESAHUCIOS" DE OLMO CALVO

El imparable aumento de los desahucios es una de las consecuencias, junto con el desempleo, mas evidentes de la crisis económica actual en España. Desde el año 2007 hasta la actualidad se han realizado más de 185.000 desahucios de los cerca de 375.000 expedientes de ejecución hipotecaria iniciados. En la mayoría de los casos las personas desahuciadas son familias sin recursos, autóctonas o inmigrantes, que perdieron sus trabajos y no pudieron seguir pagando sus hipotecas.

Un policía municipal hace guardia frente al piso de Lamín momentos antes de su desahucio mientras activistas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca hacen el signo de la victoria desde la ventana de la casa. Lamín es un inmigrante procedente de Mali que llegó a España en el año 2005. Fue desahuciado el 18 de enero de 2012 en el barrio de Usera en Madrid.

Decenas de vecinos del barrio de Lavapiés en Madrid protestan frente a los policías nacionales que tienen bloquedada la calle donde desalojan a las familias de Uddin y Hafiz. Uddin y Hafiz son dos inmigrantes de origen bengalí que compraron su vivienda en el año 2007 para vivir junto con sus familias y fueron desahuciados el 9 de mayo de 2012.

Mónica Ramos y su marido Javier Narváez, inmigrantes ecuatorianos, leen la orden de desahucio en el salón de su casa mientras esperan la llegada de la comisión judicial el 22 de febrero de 2012 en el barrio de Canillejas de Madrid.

Antonio Tomás sujeta la llave de su casa horas antes de ser deshauciado. Antonio Tomás en un inmigrante originario de Guinea Bissau que llegó a España en 2006. En el años 2009 compró un piso en Leganés, Madrid, después de trabajar durante años en la construcción. Fue desahuciado el 14 de diciembre de 2011.

Uno de los compañeros de piso de Antonio Tomás observa por la ventana el despliegue policial y la concentración de protesta por su desahucio momentos antes de ser desahuciado. Leganés 14 de diciembre de 2011.

Un policía nacional sube por las escaleras del edificio donde vivía Abdul Rahim Diallo al frente de la comisión judicial para ejecutar su desahucio. Abdul, originario de Guinea Conakri era trabajador de la construcción en Madrid y compró un piso en Parla. Después de perder su trabajo no pudo seguir pagando su hipoteca.

Loli se tapa la cara delante de la comisión judicial después que le notificasen que su madre Antonia, ella y su hermano iban a ser desdahuciados en ese mismo momento de su casa en Getafe. Antonia, una mujer de 70 años y con problemas cardiacos, dejó de pagar el alquiler social de su piso gestionado por la Comunidad de Madrid en el año 1994. El Instituto de la Vivienda de Madrid tramitó su desahucio.

Policías nacionales entran en el interior del piso de Antonio Tomás al frente de la comisión judicial para desahuciarle. Leganés 14 de diciembre de 2011.

Abdul Alí y Aquter Hoffain, hermanos y originarios de Bangadesh, momentos después de ser desahuciados llevan sus pertenencias con la ayuda de varios amigos a la casa de un familiar. Abdul Ali y Aqter Hoffain vivian con sus esposas y siete hijos entre los dos matrimonios en un piso de la calle Zurita. Viven desde hace 7 años en Madrid. Fueron desahuciados el 2 de febrero de 2012.

Una mujer pasa frente al escaparate de una inmobiliaria donde ofrcen pisos procedentes de desahucios. Barrio de la Elipa, Madrid, el 5 de marzo de 2011

Texte i fotografies de PERIODISMO HUMANO

divendres, 8 de febrer del 2013

TAN NATURAL COM MORIR EN UN CAIXER, PER ALBERT SALES

Avui, una dona ha mort en un caixer automàtic de la ciutat de Barcelona. Al Passeig de Gràcia, ben a prop de les botigues més luxoses de la ciutat. La nota periodística de la pàgina web de Televisió de Catalunya, de cinc línies escasses, relata que la víctima havia passat la nit al caixer i que, malgrat que els Mossos han obert diligències, l’absència de senyals de violència fa pensar que ha estat una mort natural. 

Una mort tan natural com viure i dormir als carrers de les nostres ciutats. Quedar-se al carrer és el resultat de sumar al fet de no poder fer front al cost del propi habitatge, l’exclusió continuada del mercat laboral, el deteriorament de les xarxes socials de suport, el trencament de les solidaritats familiars i, en alguns casos, el patiment de malalties, trastorns mentals o addiccions. És només la punta de l’iceberg de les formes més dures amb que la nostra societat i el sistema econòmic que patim exclou a les capes més vulnerables del precariat. Al recompte realitzat el novembre de 2011 als carrers de Barcelona (l’últim recompte oficial) es van observar 838 persones pernoctant al ras, en parcs o en caixers automàtics i 1.258 allotjades als recursos de la Xarxa d’Atenció a Persones Sense Llar. Sumant-hi les 695 que viuen en assentaments situats en solars o edificis abandonats, el nombre de persones sense llar ha passat de les 2.113 comptabilitzades al 2008 a les 2.791 del 2011, registrant un increment del 32%.

L’itinerari vital que porta a totes aquestes persones a la condició de transeünts sense llar no està en absolut lliure de violència. Morir en un caixer automàtic mentre s’hi passa la nit no pot ser qualificat com a mort no violenta. Silenciosament, sense sortir als diaris, 473 persones han mort als carrers de les ciutats de l’Estat espanyol des de principis de 2006, moment en que el Centre d’Acollida Assís comença a comptar les morts de persones sense llar en motiu del brutal assassinat d’una dona cremada a un caixer de Barcelona. 473 persones que deixen la pell al carrer amb una edat mitjana de 47 anys. I és que, com deia la Luisa ”dormir al carrer no és bo per la salut”.

Un 14% han estat causades per petits incendis originats per fogueres enceses per escalfar-se, un 8% de les morts han estat per hipotèrmia, un 2% per esclafament en ser buidat el contenidor on dormien dins el camió de les escombraries… La meitat han estat víctimes d’agressions. I una quarta part han mort de forma “natural”. Totes elles, víctimes constants de la violència estructural que suposa la incapacitat de la societat de frenar la caiguda de milers d’individus a les formes més greus d’exclusió social; del discurs de criminalització de la pobresa i d’estigmatització de les persones vulnerables basant en tòpics propis de la “ley de vagos y maleantes” molt ben instal·lats al imaginari de la gent de bé; de l’ètica del treball que ens obliga a dignificar-nos a través de la mercantilització de la vida quotidiana i que considera inútil tota aquella activitat no encaminada a alimentar un sistema productiu incapaç de satisfer les necessitats de la societat.

El sensellarisme és molest. Ho és perquè no és la conseqüència dels vicis d’individus inadaptats. No és una realitat personal i individual que s’hagi d’abordar des de la compassió i la caritat. És un fenomen social que evidencia les disfuncions de les relacions econòmiques i socials establertes. Ens recorda que al capitalisme li sobra tota aquella persona que no sigui “productiva”, que no som capaços de reconèixer drets sense imposar submissions, i que la solidaritat només s’estableix entre iguals.



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dimecres, 6 de febrer del 2013

ADA COLAU, DE LA PLATAFORMA D'AFECTATS PER LA HIPOTECA, DÓNA UNA CLASSE MAGISTRAL AL CONGRÉS DELS DIPUTATS



 Estamos ante una estafa porque todo te llevaba a acceder a la vivienda hipotecándote









LES PENSIONS NO ESTAN EN PERILL: VICENÇ NAVARRO DESMUNTA AQUESTA FAL·LÀCIA

Vicenç Navarro
En aquest article, Vicenç Navarro argumenta,  de manera intel·ligible per a tothom, per què no és cert que les pensions públiques estiguin en perill de convertir-se en insostenibles en els propers anys  i aporta solucions per millorar-les i fer-les duradores. 

La incorporació de la dona al món del treball i l’ampliació dels serveis públics de l’Estat del Benestar són algunes propostes l’aplicació de les quals serien decisives per enfortir la vida d'aquestes retribucions.

També denuncia les desigualtats en els percentatges que cotitzem a la Seguretat Social per raó dels ingressos percebuts i en relació a l’esperança de vida dels treballadors i treballadores del diferents col·lectius de persones assalariades.


LAS PENSIONES NO ESTÁN EN PELIGRO

Una postura generalizada en los círculos políticos, mediáticos y financieros del país es que el sistema público de pensiones se encuentra ante un gran reto determinado por la transición demográfica. Se argumenta que la transición demográfica, con un crecimiento muy acentuado de la población anciana, hace difícil sostener el sistema de pensiones públicas. Así, este rotativo apuntaba en un reciente editorial, Pensiones consensuadas (EL PAÍS, 30 de diciembre de 2012), que “el sistema actual de pensiones es insostenible por (…) la presión de la demografía, que empuja la población hacia edades más altas”.

Y también en este diario se han publicado varios artículos, que todos ellos subrayaban que, de no cambiar el sistema de financiación de las pensiones públicas y/o la extensión de sus beneficios, el gasto público en pensiones, debido a la transición demográfica, alcanzará unos niveles en 2050 que serán insostenibles.

Tal preocupación se basa en el supuesto de que, al haber más ancianos y menos jóvenes, estos últimos no podrán sostener las pensiones de los primeros. En otras ocasiones, este mismo argumento se presenta de otra forma que pone el acento en que el número de beneficiarios de las pensiones será cada vez más grande que el número de cotizantes al sistema de pensiones, con lo cual se llegará a una situación en que no habrá suficientes cotizantes para tantos beneficiarios. Tales argumentos parecen lógicos y razonables y su frecuente repetición en los medios explica que haya adquirido una gran credibilidad. Por regla general, se añaden a estos argumentos otros igualmente preocupantes. No solo el número de beneficiarios ha aumentado y continúa aumentando considerablemente, sino que el número de años de vida por pensionista también ha estado aumentando, con lo cual el gasto público en pensiones se está disparando, prediciéndose unos niveles de gasto público que las hará insostenibles.

En estos argumentos, sin embargo, no se tienen en cuenta varios hechos. Uno de ellos, de especial importancia, es el del aumento de la productividad, es decir, que un trabajador dentro de 40 años producirá mucho más que un trabajador ahora. Para comprender la importancia de este hecho, el lector tiene que conocer que hace 40 años el 18% de los españoles adultos trabajaba en la agricultura. Hoy solo el 2% lo hace, y este 2% produce mucho más de lo que producía hace 40 años el 18% de la población que trabajaba en agricultura. Un trabajador agrícola ahora produce más alimentos de los que antes producían nueve trabajadores, y ello como consecuencia del enorme crecimiento de la productividad. Se habría percibido como una observación innecesariamente alarmista si hace 40 años economistas famosos hubieran escrito en rotativos de gran difusión que, como consecuencia de que los trabajadores estaban abandonando el campo, habría menos producción de alimentos, con lo cual, al cabo de 40 años, la gente de España moriría de hambre.

Pues bien, sustituyan alimentos por pensiones y vean el posible error que significa alarmar a la ciudadanía argumentando que dentro de 40 años no habrá suficientes trabajadores para sostener las pensiones. Los datos supuestamente alarmantes aparecen cuando se indica que el número de cotizantes por beneficiario está disminuyendo, reduciéndose (según varias estimaciones) por ejemplo a la mitad en el año 2050. Ahora bien, es fácilmente demostrable que esta disminución que se considera tan preocupante, en realidad no lo es, ya que es más que probable que un trabajador producirá casi el doble en 2050 que ahora, con lo cual podría mantener casi al doble de pensionistas. Es más, el porcentaje de la población activa habrá aumentado, pues hoy es de los más bajos de la Unión Europea de los 15, ¿dónde está, pues, el problema?

El mismo error aparece cuando se alarma a la población indicando que en 2007 nos gastamos el 8% del PIB en pensiones y dentro de 40 años nos gastaremos el 15%, lo cual se asume como que es insostenible en una sociedad que tiene recursos limitados (por cierto, Italia ya se gasta el 14% del PIB en pensiones públicas y el sistema no se ha colapsado). El error de todas estas tesis alarmistas es que se asume, de nuevo, que la productividad apenas variará.

Si la productividad creciera un 1,5% por año, que es el promedio de crecimiento en los últimos 50 años, el PIB de España en 2060 sería 2,20 veces mayor que en 2007 (en monedas constantes, es decir, que la capacidad adquisitiva real habrá más que doblado la actual). En otras palabras, si en 2007 el PIB era, por ejemplo, 100, en 2060 sería 220. Pues bien, si en pensiones nos gastamos en 2007 un 8% del PIB, es decir, 8 puntos del PIB —dejando para los no pensionistas 92 puntos—, en 2060 nos gastaremos el 15% de 220, es decir, 33 puntos en pensiones, quedando para los no pensionistas 187 puntos, muchos más que los 92 de 2007. En realidad, hace 50 años nos gastábamos el 3% del PIB en pensiones, y en 2007 nos gastamos el 8%. Hemos casi triplicado el gasto en pensiones y, sin embargo, los recursos para los no pensionistas también han aumentado, pues el tamaño de la tarta es mucho mayor ahora que hace cinco décadas.

Que no haya problemas graves en las pensiones públicas no quiere decir que no deban hacerse reformas, pero estas no deberían ir en el sentido de reducirlas. Una medida aconsejable para aumentar los fondos a la Seguridad Social y mejorar las pensiones es facilitar la participación de las mujeres en el mercado de trabajo. En España, el porcentaje de la población que trabaja es bajo. Y en parte esto se debe a dos factores. Uno es el bajo porcentaje de la población adulta que trabaja en el sector público (en 2007 el 10%, uno de los más bajos de la UE-15, cuyo promedio es del 15%). En contra de lo que se dice, el sector público (y, muy en particular, en los servicios públicos del Estado del bienestar, tales como sanidad, escuelas de infancia, educación y servicios sociales, entre otros) está poco desarrollado y tiene escaso personal, y ello se traduce en el bajo porcentaje de la población que trabaja en él. Y el trabajo crea la necesidad de producir más trabajo.

El otro factor (relacionado con el anterior) es la baja participación de la mujer en el mercado de trabajo (52%). Si España tuviera el porcentaje de Suecia, habría 2,8 millones más de trabajadoras pagando impuestos y cotizaciones sociales. Para ello se debería expandir el cuarto pilar del Estado del bienestar, de modo que se incluyera el derecho de acceso a las escuelas de infancia, además de los servicios domiciliarios a personas dependientes. Y, naturalmente, se debería hacer al hombre corresponsable de las obligaciones familiares. Y sobre todo, invertir en infantes y jóvenes, pues ellos son los futuros cotizantes que financiarán las pensiones del futuro.

Deberían también corregirse las inequidades existentes en la financiación de las pensiones. Es injusto que uno de los banqueros más importantes de España pague a la Seguridad Social un porcentaje mucho menor que un empleado de su banco. Como también es injusto que una persona trabajadora no cualificada (que vive 10 años menos que una persona de la decila superior de renta) tenga ahora que trabajar dos años más para pagarle las pensiones a la persona que le sobrevivirá 10 años. En realidad, el incremento de la esperanza de vida se ha concentrado en los últimos 40 años en las rentas superiores, habiendo sido menor en las rentas inferiores. Estos deberían ser los temas que centraran el debate actual sobre las pensiones: la creación de empleo y sobre todo, buen empleo, y la corrección de las desigualdades en la financiación de las pensiones.


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dissabte, 2 de febrer del 2013

PER UNA UNIVERSITAT PÚBLICA, DEMOCRÀTICA I POPULAR

LA COMPANYIA PÚBLICA D'ELECTRICITAT GREGA (D.E.I.) CADA MES TALLA EL SUBMINISTRAMENT ELÈCTRIC A 30.000 LLARS i NEGOCIS A CAUSA DELS IMPAGAMENTS



COM ES SOBREVIU A LES FOSQUES...






LA CARA B DE LA DEMOCRACIA ESPAÑOLA, POR ISAAC ROSA

La historia reciente de España, las últimas décadas que convenimos en llamar democracia, no está escrita en letra de molde, ni dorada, ni siquiera en limpio. Al contrario, está escrita en vulgares cuadernos de contabilidad, cuadriculados y rellenados a mano con letra apretada y descuidada, con abreviaturas y tachones.

La historia de la democracia española no la han escrito cronistas ni historiadores, tampoco periodistas ni novelistas, sino meticulosos contables que anotaban entradas y salidas de dinero, se mojaban la yema del dedo para pasar la página y usaban papel calca para quedarse con copia de todo.

Es Bárcenas, pero no solo él. Su cuaderno ya lo conocemos, al menos algunas páginas, pero hay muchos otros libros de contabilidad B guardados en cajones, en archivos, en cajas fuerte. Una legión de tesoreros encorvados sobre sus escritorios, bajo un flexo, anotando nombres de pagadores y cobradores, cantidades, fechas, escribiendo sin saberlo páginas históricas.

Hasta que no conozcamos esos cuadernos, esa contabilidad B, no podremos completar la verdadera historia de España. Solo conocemos la cara A, la que cuenta que hubo una dictadura y luego entre el rey y unos cuantos dirigentes políticos de gran talla nos trajeron la democracia, y después llegaron el desarrollo, la modernización, la marca España, los servicios públicos, el Ave, los grandes eventos, la Unión Europea, la OTAN, los éxitos deportivos y culturales, un rey simpático y deportista, un príncipe enamorado de una plebeya, las empresas conquistando el planeta, edificios emblemáticos, segunda residencia, hoteles con encanto, la banca campeona del mundo y el mejor fútbol de Europa. Hasta que llegó la crisis, como una catástrofe natural, y lo arrasó todo. Fin.

Esa es la cara A. De la otra, de la B, conocemos destellos que escaparon durante estos años: investigaciones judiciales, exclusivas periodísticas y denuncias ciudadanas que alumbraron a ráfagas ese sótano donde los contables escribían la verdadera historia en sus cuadernos. Corrupción, comisiones, sobornos, puertas giratorias, privatizaciones para los amigos, pelotazos obscenos, saqueos de las arcas públicas, contratos amañados, tratos cerrados en un restaurante de lujo, amiguitos del alma, bodas en el Escorial, patrimonios hinchados, maquillajes contables, fundaciones sinónimo de lucro, cajas de ahorro desvalijadas, ingeniería financiera, planes de urbanismo, evasión fiscal, maletines, sobres, cuentas en Suiza, cacerías.

La cara A de la democracia sonó bien durante años, era una canción fácil, pegadiza, todos la tarareamos. De vez en cuando se rayaba, saltaba o sonaba sucia, había escándalos, había robos, había precariedad y desigualdad, pero el disco seguía girando sin distorsionar demasiado, hasta que en los últimos años empezó a atascarse, a ralentizarse, a sonar cada vez más sucio, hasta resultar tan insoportable que nos tapamos los oídos. Así que ahora toca darle la vuelta al disco y oír la otra versión de la historia al completo, la cara B.

Creemos saber mucho, saberlo casi todo, pero en realidad sabemos muy poco. Solo conocemos fragmentos sueltos de esa cara B. Los historiadores del futuro que quieran entender este tiempo, que quieran comprender cómo la joven democracia española se fue a pique en tan poco tiempo, cómo un país próspero se arruinó tan deprisa, no entenderán nada, no podrán escribir esta historia mientras no tengan acceso a los cuadernos de los contables. Los de Bárcenas, los cuadernos del PP, pero también los de otros partidos, y los de las empresas que también tenían su caja B y ponían el dinero de los sobornos, y los de los bancos que perdonaban deudas y a cambio recibían vista gorda, ayudas y algún indulto, y los de los beneficiarios de las privatizaciones, y los de la Casa Real y todas sus ramificaciones, y los de los grandes medios de comunicación que tanto contribuyeron a la ocultación.

No solo los historiadores. Nosotros también, los ciudadanos, si queremos refundar este país arruinado y podrido, si queremos construir algo mejor, algo habitable, necesitamos conocer esa cara B, necesitamos leer todas esas entradas y salidas manuscritas en los cuadernos, identificar todos los nombres, sumar las cantidades sustraídas, leer ese folletín cuyos capítulos están repartidos en cientos de libros contables. Ahí es donde se cuenta cómo hemos llegado hasta aquí, qué nos ha pasado, cómo hemos caído. Quién nos ha malvendido.

Esos son los documentos secretos de la historia de España, pero aquí no hay institución que los vaya a desclasificar pasados unos años. Y mientras no salgan a la luz, no nos enteraremos bien del país en que vivimos.

Article publicat a EL DIARIO.ES