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EL ACONTECIMIENTO #15M

No me fio de la incomunicabilidad, es la fuente de toda violencia. Jean-Paul Sartre

dimecres, 29 d’octubre del 2014

"El antiterrorismo es (...) la práctica de una política del miedo que tiende a infiltrarse en todos los rincones de la sociedad."

Saïd Bouamama, sociólogo, doctor en Socioeconomía y, entre otros cometidos, miembro de IFAR -Intervention, Formation, Action et Recherche- ha publicado en el colectivo Investig'Action, fundado por el escritor y periodista independiente Michel Collon, el artículo que reproducimos a continuación. Bouamama expone en cuatro puntos bien definidos y argumentados los objetivos que persigue la construcción sensacionalista que los medios de comunicación de masas han hecho de lo que ellos mismos han denominado "yihadistas".

Mediante la difusión de esta imagen artificial y sesgada de los miembros de facciones terroristas que perpetran sus actos en nombre de Alá, se refuerzan los sentimientos islamofóbicos, homogeneizando a toda la comunidad islámica, al tiempo que se falsifican los verdaderos motivos que llevan a algunos jóvenes franceses musulmanes a unirse a estos grupos y se esconden a la opinión pública los intereses geopolíticos del imperialismo postcolonial que promueven la criminalización de todxs aquéllxs que profesan esta religión.
 

La administradora del blog



Un nuevo término ha entrado en el vocabulario usual del francés en los últimos meses, el de "yihadista". Los grandes medios de comunicación abordan diariamente el tema y difunden un marco de interpretación que modela la opinión pública, orientando las reacciones y suscitando tomas de posición.

Para dar un aval científico a afirmaciones mediáticas, se acude a la ayuda de "expertos" y "especialistas" de nombres rimbombantes. Pero, más allá de una aparente diversidad de opiniones, se esconde una unidad de análisis. A pesar de la impresión  de objetividad de los artículos y reportajes, pueden identificarse de forma constante estas cuatro recurrencias ideológicas : los prejuicios sobre el Islam, las coacciones hacia los musulmanes para que se justifiquen por su fe, la negación de las causas internas en los países occidentales, y la justificación de la guerra. Estos cuatro discursos mediáticos, al ser difundidos sobre un fondo sensacionalista, no son baladies. Tienen una función social y política muy concreta. Juntos, ayudan a producir una realidad social y política con graves consecuencias.

El sensacionalismo


El tono dominante del discurso mediático es el del sensacionalismo. Nos encontrariamos ante un fenómeno sensacional, no sólo inédito sino también impredecible. Se repiten cifras y se subrayan las fulgurantes progresiones de las partidas hacia Siria :


"Nunca ha sido tan elevado el número oficial de participantes franceses en el yihad. En julio, el ministro del Interior estimaba a 800 el numero de personas participantes en operaciones islamistas en Oriente Medio. Una cifra que ya se había incrementado en un 56% en pocos meses: eran 500 en abril. Un año antes, en marzo de 2013, no eran más que 50 franceses los que habían elegido el yihad. Es un aumento constante del número de combatientes voluntarios que muestra las dificultades en detener el flujo de partidas hacia Irak o Siria. " (1)


Los titulares angustiosos protagonizan las portadas de nuestra prensa y noticias, o la presentacion de los reportajes de actualidad:


“Yihadismo, una Francia mal protegida ", según el diario “Express" (2); “La Situación de la amenaza terrorista en Francia ", según el telediario “I-télé” (3), “los yihadistas se entrenan en la zona de las Ardenas belgas” según el diario L’Union l’ Ardennais (4), etc.


La fabrica del miedo funciona a todo trapo, con sus dos consecuencias lógicas: la renuncia a la explicación racional, lo que por una parte favorecera las reacciones emocionales, y por la otra la demanda de seguridad, que sera aceptada incluso en detrimento de las libertades esenciales. Ya no se trata solo de perseguir los objetivos actuales, sino que la escalada de una logica basada en la seguridad se instala profundamente en nuestra sociedad. Este mecanismo ha sido descrito de la siguiente manera por Serge Quadrupanni:


"El antiterrorismo es la punta de lanza, la vanguardia conceptual y la práctica de una política del miedo que tiende a infiltrarse en todos los rincones de la sociedad. Esta política de producción simultánea de temores y de controles supuestamente justificados para frenarlos y contenerlos, esta condenada a inventarse constantemente nuevos enemigos: después del terrorista, serán los jóvenes de barrios populares o simplemente los jóvenes, los niños, el internauta, el loco, el inmigrante, el extranjero, el musulman, el gitano (5), ..."


Pero evitemos la critica que nos pueda situar bajo "la teoría de la conspiración" (6), ya que ésta aparece constantemente como un “comodín” ante cada cuestionamiento de los mecanismos de dominación. No hay necesidad de creer en ninguna "teoría de la conspiración" para determinar la existencia de una estrategia por parte de las clases dominantes, en su pretensión de guiar a la opinión pública para enmascarar la realidad e imponer decisiones, presentándolas como deseables y necesarias.

Esencialismo


El primer leitmotiv de los discursos mediáticos dominantes, impuesto por el sensacionalismo, es una construcción esencialista del Islam. El esencialismo es pues el proceso del pensamiento que consiste en homogeneizar una realidad plural, en hacer que pierda su carácter histórico, y en presentarla de forma reconstruida, como una explicación invariable al conjunto de los acontecimientos y / o de los comportamientos de las personas de las que se pretende que formen parte de esa realidad.


Durante muchos años, esta construcción esencialista (o estereotipada, tergiversada, ndT) del Islam, se difunde a través de múltiples canales con la consecuencia de un un aumento de la islamofobia: según esa reconstruccion, se presenta el Islam como incapaz de concebir la diferencia entre la religión y la política, de lo cual se deriva lógicamente una alergia de los musulmanes hacia la democracia. Se basaria en una desigualdad de género con el resultado lógico de un sexismo exacerbado por parte de los hombres musulmanes, y de una sumisión igualmente significativa por parte de las mujeres musulmanas. Todo ello seria incompatible con el racionalismo y por esa misma razon conduciria a una mayor tendencia al fanatismo, etc.


Una de las consecuencias del proceso del esencialismo es el uso como sinónimo de los términos "Islam" y "musulmán". De esta manera, todos los comportamientos de los musulmanes pueden explicarse por ese Islam presentado como una esencia, esencializado. El boxeador Mohammed Ali respondió de manera fulminante a este tipo de razonamiento en una famosa entrevista con un periodista sobre los ataques del 11 de septiembre: "¿Cómo se siente acerca de la idea de que usted comparta la misma fe con los sospechosos arrestados por el FBI ? - "Y usted", contestó, "¿cómo se siente acerca de la idea de que Hitler compartió la suya? (7) "


La frecuente división binaria entre musulmanes "moderados" y "musulmanes radicales" no cambia nada fundamental en la cuestión de la esencialización. El musulmán moderado seria el que practica el Islam con moderación, y el musulmán radical, el que practica el Islam sin moderación. En definitiva, esta división binaria y esencialista atribuye a la palabra "radical" un certificado de “islamidad”, ya que si se necesita moderar el Islam, entonces es porque lleva en él, en su esencia, tendencias peligrosas. Como destaca Maurice Tarik Maschino "el musulmán moderado es una abstracción, un pseudo concepto o concepto de guerra, cuya función es la de despertar en la imaginación de los lectores, los estereotipos habituales que estigmatizan a los musulmanes. (8)"

Coacción


La división binaria conlleva una lógica de sospecha. Al mismo tiempo que se aplaude al "musulmán moderado", a los "radicales" se les piden explicaciones, que tomen la palabra, que emitan condenas. El musulmán es de alguna manera responsable de todos los actos y declaraciones que se hagan en el nombre del Islam por cualquier persona en este planeta que se reivindique de esta religión. Sus silencios son diagnosticados en el mejor de los casos como irresponsabilidad y en el peor, como complicidad.


Es asi como el periódico francés Le Figaro, pudo iniciar una encuesta el pasado 25 de septiembre en torno a la siguiente pregunta, tan significativa: "¿Manifiestan suficientemente los musulmanes franceses su oposición a la amenaza terrorista? “


Por su parte, La Libre Belgique puede titular uno de sus artículos del 28 de septiembre de la siguiente manera : " ¿Deben los musulmanes disociarse de los yihadistas? ".


La campaña "NotInMyName" (No en mi nombre) no solamente protagoniza los titulares de todos los medios de comunicación durante varios días, sino que es retomada por el propio presidente Obama, quien declaró en la Asamblea General de las Naciones Unidas el 24 de septiembre que : "Es hora de que el mundo - y en particular las comunidades musulmanas - rechacen explícitamente con firmeza y de forma sistemática, la ideología de al Qaeda y el Estado islámico ".


Mientras que la acusación de "comunitarismo" ha llegado a ser frecuente al abordar las cuestiones referidas al Islam, ahora se les pide a los musulmanes que se expresen como comunidad. Que se presten al juego de la condena, o que rechacen la coacción de tener que justificarse, el resultado es el mismo: la reproducción del estereotipo que presenta a los "musulmanes" como totalidad homogénea y vacía de contradicciones.


La coacción de tener que justificarse bajo la misma lógica que la de los "castigos colectivos" de la época colonial. Antaño, se podía condenar a grupos enteros por delitos que no habían cometido, mientras que ahora hay grupos enteros que deben justificarse por hechos de los cuales no son responsables. Porque, evidentemente, ¡ojo con el silencio! : es percibido inmediatamente como sinónimo de complicidad.


La lógica no es nueva y ya se ha utilizado muchas veces en el pasado respecto a la inmigración y a sus hijos, que son las nuevas generaciones de franceses. Por tomar sólo un ejemplo, recordemos las revueltas de los barrios populares de noviembre 2005 en Francia. A las personas de origen inmigrante se las invitaba a los platos de televisión unicamente para formularles una pregunta : la que tenia que ver con la condena de las revueltas. Pero podríamos citar igualmente la coacción (cuando uno es de origen inmigrante), de tener que demostrar que se está integrado, que no se es homófobo, ni sexista, ni antisemita, etc…

Negación


La esencialización y la coacción que conduce a justificarse, tienen una función social y política : la de ocultar las causas que pueden conducir a unos jóvenes franceses a ser candidatos para irse a Siria. En todos los procesos sociales, el cuestionamiento únicamente de la "oferta" (en este caso la oferta de "yihadismo") conduce a una reducción de la realidad.


El silencio sobre la "demanda" es una negación de las verdaderas causas del proceso estudiado. Hay mucho en juego, ya que la toma en consideración de la demanda nos lleva a interesarnos por las condiciones materiales de la existencia de una parte de nuestra población, cuyo origen es la inmigración postcolonial.


Ahora bien, esas condiciones revelan una discriminación masiva y sistémica, haciendo impensable el porvenir para numerosos jóvenes. Esas condiciones resaltan una precariedad, haciendo de lo cotidiano algo insoportable. Ponen de relieve una relacion con la policia basada en controles de identificación de un ritmo de excesiva regularidad, lo cual produce un sentimiento difuso de inseguridad.


Además sacan a la luz un estado de sospecha permanente en los medios de comunicación, con una islamofobia en crecimiento exponencial durante estas ultimas décadas. Todos estos son los factores que pueden coagularse en trayectorias individuales que hacen emerger una "demanda", exactamente como causas similares pueden llevar a otros jóvenes a comportamientos suicidas, a necesidad o demanda de una secta, a la violencia contra sí mismo y contra los suyos.


La explicación mediática en términos de "auto-radicalización", que se ha hecho tan común, no rompe con esta negación de las causas de la demanda. Quienes formulan la “oferta”, se habrían convertido en expertos del adoctrinamiento informático, y esto sería suficiente para explicar todo el proceso. Una vez más, se elimina el cuestionamiento acerca de los factores que hacen a algunos más idóneos para esta oferta. El barniz de tipo psicológico de numerosos reportajes tienen como objetivo cubrir, bajo un discurso pretendidamente cientifico, la operación de negación de las causas reales.

Justificación


La esencialización, la coacción y la negación conducen finalmente a evitar todo debate sobre los objetivos reales de las guerras. Todo lo que esta en juego a nivel geoestratégico y energético (gas y petróleo) desaparece por completo del debate, para dejar únicamente cabida a la urgencia de un consenso "anti-barbarie".


La operación ha sido, por ahora, todo un éxito: Las intervenciones en Siria, en Costa de Marfil y en CentroÁfrica aún no generan grandes reacciones. Al reunir al conjunto de los actores sociales susceptibles de oponerse a la guerra, en un clima de pavor y en medio de explicaciones esencialistas, se consigue destruir el movimiento de “no a la guerra” y “anti-imperialista”. Ese clima y esas explicaciones permiten que no nos cuestionemos las tácticas y estrategias utilizadas concretamente, como por ejemplo:


El apoyo a grupos que mas tarde se pretende combatir, la presentacion de monarquías oscurantistas (Arabia Saudita, Qatar, etc) como aliados, etc…


Es asi como la construcción mediática de los yihadistas se inscribe en el marco de una estrategia de guerra. Poco importa que esto se haga de forma consciente o no, por los actores de los medios de comunicación: el resultado es el mismo.



Notas:

1) Le Figaro.fr del 14-09-2014.

2) L’Express N° 3300 del 1-10-2014.

3) I-télé del 15 septembre 2014.

4) L’Union l’Ardennais del 3-10-2014.

5) Serge Quadrupanni, La politique de la peur, Seuil, Paris, 2011, p. 24.

6) Para una critica profundizada de la invencion de la teoria de la conspiracion y su instrumentalizacion (en particular por Taguief et Boudon) contra cualquier critica del sistema de dominacion capitalista, vease : "L’invention de la théorie du complot ou les aveux de la sociologie libérale, in Terreur et Possession, enquête sur la police des populations à l’ère technologique", éditions de l’échappée, Paris, 2008.

7) Palabras citadas por Sylvain Cypel en Le Monde, el 6 octubre 2001

8) Maurice Tarik Maschino, Qu’est-ce qu’un musulman modéré ?, El Watan du 28 mars 2012.

Traducción: Colectivo Investig’Action

Fuente: Investig’Action

 Fuente fotografía: http://www.voltairenet.org/article178826.html

diumenge, 26 d’octubre del 2014

LA IZQUIERDA EUROPEA OFICIAL: LA MEJOR ALUMNA DE LOS SACROSANTOS MERCADOS

Sami Naïr, politógo y pensador francés de origen argelino, se ha definido así mismo como un socialista republicano, un intelectual heterodoxo "irreductiblemente libre de toda ortodoxia". Naïr es doctor en Letras y Ciencias Humanas, doctor en Filosofía Política y licenciado en Filosofía y Sociología. Es experto en movimientos migratorios y, entre sus múltiples ocupaciones profesionales, dirige el Centro Mediterráneo Andalusí. 

Os invitamos a ver esta breve grabación llevada a cabo por ATTAC TV, en la que reflexiona sobre el papel desempeñado por la izquierda oficial europea en la últimas décadas, así como sobre las posibles alternativas políticas protagonizadas por los distintos movimientos sociales surgidos tras el estallido de la crisis civilizatoria que vivimos.
 La administradora del blog


Fuente fotografía: http://isabelamatria.info/nair-proxima-gran-crisis-monetaria-china-reemplazar-dolar/

dissabte, 11 d’octubre del 2014

Los perfiles de Twitter han reemplazado a las antiguas calles de la villa. LAS "SNUFF MOVIES" ISLAMISTAS Y EL MERCADO GORE DE INTERNET

Artículo publicado en Diásporas Magazine, del diario Público.es
El cuartel bagdadí de la imagen fue arrebatado por la milicia asiria a los fedayines. El hijo de Sadam, Uday Husein, registró en su interior con una cámara de vídeo las torturas de cientos de prisioneros. Posteriormente, las cintas se comercializaron por todo Irak. Fotografía superior, por Ferran Barber (todos los derechos reservados). El fotograma forma parte del documental "En busca de los últimos asirios". Pulsar aquí para ver este trabajo.
 
 ¿En qué se diferencia una “snuff movie” de un vídeo de ISIS? En nada. Justamente a causa de ello, las carnicerías cometidas en Irak y Siria por los grupos islamistas han saneado y reactivado la industria “gore” de Internet, al tiempo que han contribuido a perfilar un nuevo tipo de asesino: ahora, los verdugos se recrean en sus crímenes con mucha más perfidia porque sus ejecuciones han sido concebidas ya desde el principio para exhibirse en Internet. Vuelve la horda, vuelve el linchamiento y vuelve el escarnio público. Los perfiles de Twitter han reemplazado a las antiguas calles de la villa. 

Barcelona | Ferran Barber | Diásporas / Público
 
Dos de los portales más populares de gore porno-informativo agradecían con cinismo este verano a los islamistas que hubieran incrementado la cantidad y la “calidad” de los documentos audiovisuales mediante los que dan a conocer sus actividades. Según sus editores, la barbarie por entregas de ISIS y sus acólitos les ha ayudado a incrementar la audiencia más que ningún otro conflicto precedente.

Ofrecer imágenes explícitas de los asesinatos y torturas a las que someten a sus víctimas es tabú para la Prensa, lo que ha abierto un mercado “interesante” a las web gore de referencia y a los cientos de portales europeos de inspiración islamofóbica.

Por alguna razón, hay cientos de miles de personas que desean ver imágenes explícitas de las ejecuciones y degollamientos. Acceder hasta ellas es tan sencillo como reunir dos términos en el buscador de Google (‘islamist’ y ‘gore’) y adentrarse por las páginas de las docenas de portales consagrados al “sadismo” que menudean por la red.

Incluso Twitter mantenía abiertos hasta hace algunos días varios perfiles de referencia donde se proporcionaba imágenes de las ejecuciones perpetradas por los islamistas de Irak y Siria. La cuenta de “w_elkher” ha sido clausurada ya, pero durante mucho tiempo, "retransmitió" a Occidente casi en tiempo real degollamientos y fusilamientos. 


Uno de sus reportajes más populares fue reproducido el mes pasado por el poco escrupuloso tabloide británico Daily Mail. No mostraba a víctimas decapitadas, ni primeros planos de degollamientos cometidos con la delectación y la eficiencia de un carnicero diestro, pero documentaba con detalle el Gólgota de un grupo de condenados a los que ISIS fusila y sepulta en una zanja. 

Una foto de esa misma serie, publicada el 8 de agosto, muestra un detalle tan inquietante como significativo. En ella puede verse la crucifixión de un condenado en una plaza pública. A algunos metros de la víctima, tras una valla de alambre, una multitud de civiles contempla la agonía como quien acude a un recital de una banda árabe de ‘gothic’. El salvaje asesinato del hombre amordazado es registrado por esta multitud con cámaras de fotos y teléfonos móviles. A todos los efectos, ISIS se sirve de sus asesinatos como un medio internacional de propaganda. Los mismos crímenes han sido concebidos y puestos en escena con vistas a su ulterior difusión. No solamente no impide que se registren sus atrocidades, sino que alienta a la gente a que lo haga.

Ciertamente, no es la primera vez que los grupos islamistas utilizan las imágenes de sus crímenes para realizar proselitismo. Desde hace varias décadas, los salafistas europeos vienen sirviéndose de vídeos de las matanzas de Chechenia e Israel para reclutar a nuevos yihadistas. Lo verdaderamente nuevo ahora es el exhibicionismo de los asesinos y la falta de pudor con la que se recrean en las muertes. Ni siquiera se cubren los rostros, lo que permite aventurar una conclusión todavía más espeluznante: están tan acostumbrados a matar (o familiarizados con la muerte) que son capaces de cortar la aorta de un muchacho sin dejar de sonreír o conversar.


Por otro lado, tal y como sucedió tras la segunda invasión norteamericana de Irak, muchos mercachifles de Oriente Medio están haciendo ya su agosto comercializando en la trastienda vídeos de este nuevo horror por unas pocas rupias. Ni los degollamientos de soviéticos en Afganistán, ni los ahorcamientos de infieles en Yugoslavia o los ajustes de cuentas de los narcos mexicanos le llegan a la suela del zapato a los delirios de ISIS, dentro del top 40 del gore “porno-informativo”. 

Esta generación de realizadores infames mata en streaming, en alta definición y con la cara descubierta. Se diría que les preocupan menos las huríes que cerciorarse de que van a verlos sus mamás y los amiguitos de su pueblo. Matan para la industria; para hacerse con su estrella en el paseo “gore-islamista” de la fama. Al fin y al cabo, están convencidos de que sus crímenes les enaltecen. 
 
 Imagen tomada durante una incursión de la guerrilla a la población de Harvel, en el transcurso del conflicto liberiano (1995). El bebé de la imagen no sufrió ningún daño, ni fue víctima de agresión alguna. Quien lo sostiene de ese modo es su propio abuelo. Fotografía superior, por Ferran Barber (todos los derechos reservados).

A mediados de los noventa, en plena guerra de Liberia, comenzó a menudear una variante de ONG cuya principal actividad consistía en vender informes y fotografías de las atrocidades del conflicto. Escenas de canibalismo; bebés con los intestinos arrancados a mordiscos; cráneos trepanados; hombres devorando cerebros; crucifixiones… Los agentes de la “organización” habían ordenado el material fotográfico y los dosieres informativos por secciones. No había una sola modalidad de matanza sanguinaria o de mutilación perversa que no hubiera sido consignada en los catálogos.

Los dosieres se vendían por un precio variable de entre 25 y 200 dólares, a plena luz del día, dentro de oficinas públicas situadas en el centro de la devastada Monrovia. Ofrecían sus productos bajo nombres-paragua del estilo de “Organización para el desarrollo de Liberia” o “Movimiento por la Libertad”. En realidad, eran timbas de buscavidas que habían descubierto el modo de exportar los únicos bienes y servicios que su país podía producir sin competencia: el asesinato, la tortura y la violencia.

¿Quién constituía la clientela de aquella incipiente industria africana de productos porno-bélicos? ¿Quiénes eran los degenerados que alimentaban la demanda de basura gore-informativa? ¿Quizá el representante de algún depravado magnate del gore europeo? En absoluto. La clientela era la Prensa; los periodistas de los medios internacionales de comunicación destacados en Liberia y, en menor medida, los funcionarios de embajadas y de algunas ONG europeas y norteamericanas.

Especialmente inquietante resultaba que los “agentes” de las falsas ONG se ofrecieran a conseguir “por encargo” imágenes de las atrocidades que eventualmente no tuvieran en catálogo. "¿Llegó a inducir un crimen la clientela de aquel mercado atroz?", se preguntaba necesariamente el periodista que cubría aquellos hechos.

Chiringuitos semejantes se crearon en Ruanda y en la vecina Sierra Leona. Durante los noventa, en los vídeo-club de toda África podía conseguirse sin problemas una copia en betamax del desollamiento del ex presidente liberiano Samuel Doe. Era, con diferencia, la “snuff movie” más popular de todo África.

© Diásporas / Público 2014