LES ALTERNATIVES DE GESTHA

Moltes d'aquestes propostes podrien aplicar-se en el termini d'un any.

CUANDO QUEDAS ATRAPADX EN LA DESTRUCCIÓN, DEBES ABRIR UNA PUERTA A LA CREACIÓN. Anaïs Nine

Es de las crisis que nacen la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Albert Einstein

INTERFERÈNCIES

Los diputados del pueblo no son sus representantes, sólo son sus comisarios. Las leyes que el pueblo mismo no ratifica no tienen validez, son leyes nulas. Jean-Jacques Rousseau

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Si no somos dueños de la frescura del aire, ni del brillo del agua, ¿Cómo podrán ustedes comprarlos? Gran Jefe Seattle

EL ACONTECIMIENTO #15M

No me fio de la incomunicabilidad, es la fuente de toda violencia. Jean-Paul Sartre

dimarts, 28 d’abril del 2015

Què és per a tu la Pau?

Persones d'arreu del món responen aquesta pregunta posant-la en relació amb l'experiència viscuda en països en conflicte o amb el seu compromís contra la guera i per construir la pau.



Font fotografia: http://icip.gencat.cat/ca/noticies/Capsula-Lederach-00001

diumenge, 19 d’abril del 2015

Prostitución, aborto y la razón neoliberal

Artículo de Beatriz Gimeno, filólofa semítica, activista social, feminista y defensora de la diversidad sexual y de los derechos de las personas con discapacidad, publicado en eldiario.es. En él, la autora desarrolla un profundo análisis sobre las auténicas razones que mueven al neoliberalismo a defender la legalitzación de la prostitución, el escenario de probreza que impone como condición previa para que esta situación se dé y su inmenso poder económico y, por lo tanto, su inmensa influencia política. Podríamos decir, parafraseando a Hannah Arendt cuando ésta se refería al Tercer Mundo, que la prostitución no es una realidad sino una ideología.

La administradora del blog

Es normal que Ciudadanos y Esperanza Aguirre se muestren partidarios de la regulación de la prostitución. Angela Merkel también lo es y contribuyó a la regulación de la misma en Alemania. Es normal, hablamos de una gran industria, la segunda mayor industria del mundo, mueve millones de euros y es un gran lobby con una enorme capacidad de presión social y política. Un lobby que paga a medios de comunicación y a expertos de todo tipo para conseguir una opinión pública favorable a sus intereses. Un lobby empresarial que, al igual que cualquier otro gran lobby, trabaja no para dotar de derechos a las personas más vulnerables, sino para aumentar sus propios beneficios.

En los próximos años, quizá meses, vamos a ver cómo la derecha se preocupa cada vez más de la prostitución. Su propuesta será regularla y su excusa serán los derechos de las prostitutas. El Partido Popular ya la ha incluido en el PIB y próximamente vamos a escuchar hablar mucho de estos derechos, como hace ya Albert Rivera. No sé si engañarán a nadie, quizá sí, pero es llamativo que el mismo partido que se opone a que los inmigrantes irregulares tengan derecho a la sanidad quiera ahora dotar de derechos a las prostitutas, la inmensa mayoría migrantes, muchas irregulares. No hace falta explicar que decir “derechos” y “Esperanza Aguirre” en la misma frase hace que ésta explote, es una contradicción en sus términos.

Vamos a abandonar de una vez la idea, prejuiciosa e interesada, de que las personas que nos oponemos a la regulación de la prostitución lo hacemos por una especie de moralina conservadora. Los liberales conservadores, minoritarios ahora, tienen sus propias razones para oponerse a la prostitución, pero más bien a quién se oponen es a las prostitutas (a las mujeres) y al sexo. Los moralistas religiosos conservadores asocian el sexo a algún tipo de mal y culpan a las mujeres, prostitutas o no, del comportamiento de los hombres.

Cuando las políticas sobre la prostitución las dictan los conservadores, son las prostitutas las que son perseguidas, como si ellas fueran las culpables de dedicarse a una ocupación creada, mantenida y promocionada durante siglos por el sistema patriarcal, que se ocupa, además, de crear las condiciones materiales necesarias para que millones de mujeres vean en ella su mejor opción.

Para saber lo que piensan estos moralistas de la prostitución basta con ver lo que ha opinado la Iglesia católica, todas las iglesias, desde siempre: la prostitución es necesaria, dijo San Agustín, pero ellas son escoria; y de ahí no se han movido. En la Edad Media las parroquias eran propietarias de muchos burdeles. No se habrá escuchado a un jerarca de la iglesia opinar mal de la prostitución, si de las prostitutas. En todo caso, esta opinión era la propia del capitalismo y precapitalismo patriarcal que ha sido sustituido por la globalización neoliberal y por otro tipo de prostitución.

La batalla de ideas es muy importante para el neoliberalismo. Se trata de invadir hasta el último reducto de las mentes con la idea de que el mercado es un buen regulador social y que, cuanto más libre es el mercado, mayor bienestar social. Se trata de que asumamos que todo es mercantilizable y que la justicia la determina la ley de la oferta y la demanda; que cualquiera puede ser un emprendedor y que la libertad consiste en poner precio a todo aquello por lo que alguien esté dispuesto a pagar: los óvulos, la sangre, los cuerpos, los úteros, los órganos, los niños y niñas (si se venden antes de ser concebidos)...

El apoyo a la industria de la prostitución, a la de los vientres de alquiler o a la de la privatización de la sangre entra dentro de lo que Esperanza Aguirre y Albert Rivera consideran el debate de las ideas. La de la prostitución es una batalla central para el neoliberalismo por varias razones. Por una parte porque es una industria global que a saber cuántas campañas electorales no estará financiando en todo el mundo y porque está conectada con poderosas industrias de todo tipo. En ese sentido estamos hablando de una empresa tan poderosa social y políticamente como Bayer, por poner un ejemplo. Pero con una ventaja añadida y es que además de producir dinero produce, con su sola existencia, ideología patriarcal y no olvidemos que el neoliberalismo tiene su propia política sexual; prefiere la desigualdad a la igualdad de género. La desigualdad de género es funcional al neoliberalismo por razones conocidas (Rosa Cobo lo explica muy bien aquí) y porque, como dice Marcela Lagarde cuando el género se mueve, todo se mueve. El feminismo ha conseguido mover algunas de las certezas sociales respecto al género y obviamente vivimos ahora una fuerte reacción patriarcal.

No es porque las feministas seamos puritanas ni porque se trate de sexo por lo que estamos contra la prostitución. De hecho, la prostitución no tiene nada que ver con las relaciones sexuales ya que una relación sexual necesita de dos o más personas y aquí sólo hay una parte, el hombre, teniendo sexo, mientras que la mujer está, en el mejor de los casos, esperando que él acabe y en el peor, sufriendo.

Tampoco es una cuestión exclusivamente individual, como los neoliberales lo plantean. Hablamos de una institución y, por tanto, es una cuestión también social. Se trata de desigualdad de género, se trata de desigualdad económica y se trata de ideología patriarcal. Se trata de una ideología que asume como natural unas supuestas “necesidades” sexuales masculinas y un supuesto “derecho” a saciarlas a costa de lo que sea, y que da por hecho que tiene que existir un contingente de mujeres a disposición de esas supuestas necesidades masculinas y de esos supuestos derechos. Este contingente se asegura creando las condiciones materiales de desigualdad y las condiciones culturales para que muchas mujeres tengan en la prostitución su mejor o única opción.

Con el neoliberalismo global, la prostitución cambia y su demanda aumenta (a pesar de las libertades sexuales de hombres y mujeres). Ha pasado de ser una salida personal para mujeres empobrecidas a ser una inmensa industria que necesita, como toda industria, aumentar constantemente la demanda. De ahí la necesidad de la trata. La demanda aumenta incentivada por una industria y por un lobby que es capaz de producir cambios en las mentalidades sociales y en los hábitos de consumo. Un lobby que trabaja con los medios de comunicación, con supuestos expertos, en las instituciones internacionales, en la publicidad, el cine…Tanto aumenta la demanda que a pesar de las condiciones de pobreza y explotación a las que viven sometidas millones de mujeres, no hay oferta suficiente; por eso, para mantener esta industria viva y asegurar el aumento sin fin de la demanda, es necesaria la trata.

La prostitución es, de todas las instituciones patriarcales, la que mejor normativiza las diferencias entre hombres y mujeres, las marca a fuego. La prostitución sitúa a los hombres a un lado y a las mujeres al otro de manera no intercambiable; y tiene consecuencias ideológicas, pedagógicas, culturales, éticas, y también económicas. Si la prostitución aparece como una solución aceptable para la pobreza femenina, para qué buscar otras, para qué formar a las mujeres, para qué educar a los hombres en la igualdad si la igualdad es incompatible con el uso de la prostitución.

La prostitución enseña desigualdad; disciplina a los hombres en un modelo de relación desigual, lo normaliza y naturaliza aun más. No importa la igualdad que alcancemos en otros ámbitos, siempre quedará ese espacio para que aquellos hombres para quienes experimentar subjetivamente la superioridad sobre las mujeres es un factor importante en la construcción de su personalidad, puedan hacerlo; para que puedan experimentar, sentir, gozar, aprender y reafirmarse en la desigualdad. Y eso no tiene nada que ver con que las mujeres que se dedican a la prostitución tengan sus derechos humanos y de ciudadanía intactos. Para ellas respeto, apoyo, solidaridad, justicia y ayuda si la necesitan. La batalla es contra la institución, contra los empresarios, contra los puteros y contra la ideología prostitucional.

Obviamente, los mismos que apoyan la institución de la prostitución son los que se oponen al derecho al aborto. Porque el derecho al aborto sí es un derecho personal y social que contribuye a mover el tablero del género, ya que otorga a las mujeres la plena libertad reproductiva, algo que no ha ocurrido nunca antes en la historia. Convierte a las mujeres en dueñas plenas de sus procesos reproductivos, de sus cuerpos y de sus proyectos vitales, mientras que la institución de la prostitución (aun cuando supusiera ventajas personales para alguna de las mujeres que se dedican a ella) cimenta la desigualdad material y simbólica de todas las mujeres. El aborto hace a las mujeres dueñas de sus cuerpos, mientras que la prostitución los pone al servicio de una determinada ideología y de una industria.

Por eso, en las próximas décadas vamos a ver como la prostitución es firmemente apoyada desde los sectores puramente neoliberales, que lo van a hacer, además, en nombre de los derechos de las mujeres, mientras que, al mismo tiempo, el derecho al aborto o la lucha contra la violencia machista serán fuertemente contestados desde esos mismos sectores. Es la política sexual del neoliberalismo globalizado: mercantilización de los cuerpos de las mujeres y de sus procesos reproductivos bajo la etiqueta de libertad y libre contratación, combinado todo ello con ataques ideológicos y materiales al derecho al aborto. Frente a ello no cabe sino más feminismo.

Fuente fotografía: http://www.sevilla.org/ayuntamiento/areas/area-de-familia-asuntos-sociales-y-zonas-de-especial-actuacion/a-mujer/campanas-de-sensibilizacion/campanas-de-sensibilizacion-en-materia-de-violencia-de-genero-1/23-septiembre

dimarts, 14 d’abril del 2015

Hasta siempre, señor Galeano. Por Michel Collon

Artículo del periodista francés Michel Collon publicado en la web Investig'Action

Eduardo Galeano, un des plus grands écrivains latino-américains de l'Histoire, s'est éteint ce matin, à Montevideo, sa ville natale, à l'âge de 74 ans. L'équipe d'Investig'Action souhaite lui rendre à travers ces quelques lignes l'hommage qu'il mérite tant.

Le chanteur populaire vénézuélien Ali Primera a dans une chanson qui l’a rendu célèbre déclaré : « Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos » (Ceux qui meurent pour la vie ne peuvent s’appeler des morts). Ceci est vrai pour Simon Bolivar, Ernesto Guevara ou encore Hugo Chavez. Mais c’est aussi le cas pour Eduardo Galeano, grand écrivain, journaliste et historien uruguayen, qui nous a quittés hier. Cette mort qui survient tout juste un an après celle de son homologue colombien, Gabriel Garcia Marquez rend le continent latino-américain orphelin d’une ses plus belles plumes.

Combattant infatigable pour la liberté, la dignité et la justice, il aura dédié sa vie à la cause des plus pauvres. Ses nombreux écrits l’amèneront à évoquer des thèmes divers tels que la politique ou le football dont il était fan et ceci toujours dans un esprit critique et souvent poétique.

C’est en 1971, alors qu’il vit en exil, que le nom d’Eduardo Galeano retentit pour la première fois en Amérique latine. Cette année là en effet, il publie l’ouvrage de sa vie, l’un plus grands chefs d’œuvres de la littérature, il s’agit bien sûr des Veines ouvertes de l’Amérique latine.

Quarante ans plus tard, ce livre traduit dans vingt langues et vendu à des milliers d’exemplaires à travers le monde est plus que jamais d’actualité. Preuve de la puissance de cet ouvrage : en 2009, lors du sommet des Amériques à Trinidad et Tobago, l’ancien président vénézuélien Hugo Chavez offrit Les veines ouvertes de l’Amérique latine au président Barack Obama. Une manière de montrer à son homologue états-unien l’histoire et les souffrances endurées par le sous-continent notamment et surtout à cause de l’impérialisme états-unien.  

Ce chef-d’oeuvre est en effet un violent réquisitoire contre la situation alarmante dans laquelle se trouve alors le continent aux veines ouvertes. Misère, dénutrition, indigence, analphabétisme, inégalité, injustice... La liste est encore longue. Et les responsables de ces maux atroces sont tous identifiés avec précision par Galeano. Ce sont d’abord les colonisateurs espagnols et portugais, génocidaires d’Indiens. Puis viennent les multinationales, l’impérialisme et le néocolonialisme, d’abord anglais puis états-unien. Mais aussi les oligarchies nationales plus disposées à servir les intérêts des États-Unis qu’à développer leur pays.

Tout au long de sa vie, Eduardo Galeano n’aura cessé de mener le combat contre tous ceux qui ont ensanglanté l’Amérique Latine, une terre qui l’aimait tant.

Néanmoins, Eduardo Galeano n’est mort que physiquement. Ses luttes, ses écrits en faveur des plus pauvres eux ne mourront jamais et continueront à résonner en Amérique latine et dans le monde. C’est aussi à cela que l’on reconnaît les grands hommes. Leur intemporalité.

Au nom de l’équipe d’Investig’Action, nous adressons notre fraternité et notre soutien au peuple latino-américain.

Hasta la victoria siempre !

 

diumenge, 12 d’abril del 2015

“Les noves formes de pobresa no són fruit de la crisi, comencen molt abans”. Compareixença d'Albert Sales al Parlament de Catalunya

Compareixença a la Comissió de Benestar, Família i Immigració del Parlament de Catalunya amb relació a la Proposició de Llei de Renda Garantida de Ciutadania. 8 d’abril de 2015.









dimarts, 7 d’abril del 2015

El emprendedor: ¿quién puede luchar contra su opresor cuando éste es uno mismo?

Byung-Chul Han es un filósofo de orígen coreano formado y afincado en Alemania. Se doctoró en Filosofía por la Universidad de Friburgo con una tesis sobre Martin Heidegger y estudió Literatura alemana y Teología en la Universidad de Múnich. Actualment imparte clases de Filosofía y Estudios Culturales en la Universidad de las Artes de Berlin. Es autor de más de una decena de libros de los que se han traducido al castellano "En el Enjambre", "La Agonía del Eros", "La Sociedad de la Transparencia", "La Sociedad del Cansancio" y "Psicopolítica". Los análisis profundos y minuciosos sobre la sociedad actual que encontramos en su sus breves obras, son imprescindibles para entender el mundo que nos ha tocado vivir.

A continuación reproducimos un extracto del ensayo "La Agonía del Eros", en el cual el autor analiza la figura del emprendedor -el sujeto del rendimiento, como es denominado por el filósofo- y que es alabada sin descanso desde todas las esferas oficiales del sistema económico-político. Han describe a este individuo como un sujeto alienado que vive en el espejismo de la libertad preconizada por el neoliberalismo. Imposibilitado para rebelarse contra su opresor, que es él mismo, vive en una constante vital que lo aboca al "agotamiento" y a la "depresión". El capitalismo no deja de superarse. Así no va a morir nunca, ni siquiera de éxito.
 La administradora del blog

La sociedad del rendimiento está dominada en su totalidad por el verbo modal poder, en contraposición a la sociedad de la disciplina, que formula prohibiciones y utiliza el verbo deber. A partir de un determinado punto de la productividad, la palabra deber se topa pronto con su límite. Para el incremento de la producción es sustituida por el vocablo poder. La llamada a la motivación, a la iniciativa, al proyecto, es más eficaz para la explotación que el látigo y el mandato. El sujeto del rendimiento, como empresario de sí mismo, sin duda es libre en cuanto no está sometido a ningún otro que le mande y lo explote; pero no es realmente libre, pues se explota así mismo, por más que lo haga con entera libertad. Uno es actor y víctima a la vez. La explotación de sí mismo es mucho más eficiente que la ajena, porque va unida al sentimiento de libertad. Con ello la explotación también es posible sin dominio.

Foucault señala que el homo oeconomicus neoliberal no mora en la sociedad disciplinaria, que, como empresario de sí mismo, ya no es un sujeto obediente; pero queda oculto para dicho autor que este empresario por cuenta propia en realidad no es libre, sino que simplemente cree serlo, cuando en verdad se explota así mismo. Foucault adopta un tono afirmativo frente al neoliberalismo. Acepta sin crítica que el régimen neoliberal, como "sistema del Estado mínimo", como "administrador de la libertad", posibilita la libertad del ciudadano. Se le escapa por completo la estructura de poder y coacción que hay en la proclamación neoliberal de la libertad. De esta forma, la interpreta como libertad para la libertad: "Voy a producir para ti lo que se requiera para que seas libre. Voy a procurar que tengas la libertad de ser libre". La proclamación neoliberal de la libertad se manifiesta, en realidad, como un imperativo paradójico: sé libre. Precipita al sujeto del rendimiento a la depresión y al agotamiento. En Foucault, la "ética de sí mismo" ciertamente se opone al poder político represivo, así como a la explotación por parte de otros, pero es ciega ante aquella violencia de la libertad que está en el fondo de la explotación de sí mismo. 

El tú puedes produce coacciones masivas en las que el sujeto del rendimiento se rompe en toda regla. La coacción engendrada por uno mismo se presenta como libertad, de modo que no es reconocida como tal. El tú puedes incluso engendra más coacción que el tú debes. La coacción propia es más fatal que la coacción ajena, ya que no es posible ninguna resistencia contra sí mismo. El régimen neoliberal esconde su estructura coactiva tras la aparente libertad del individuo, que ya no se entiende como sujeto sometido (subject to), sino como desarrollo de un proyecto. Ahí está su ardid. Quien fracasa es, además, culpable y lleva consigo esta culpa dondequiera que vaya. No hay nadie a quien pueda hacer responsable de su fracaso. Tampoco hay posibilidad alguna de excusa y expiación. Con ello surge no sólo la crisis de culpa, sino también la de gratificación.

Tanto el desendeudamiento como la gratificación presuponen la instancia del otro. La falta de vinculación al otro es la condición trascendental de posibilidad para la crisis de gratificación y deudas. Estas crisis ponen de manifiesto que el capitalismo, frente a la suposición ampliamente difundida (por ejemplo por Walter Benjamin), no es ninguna religión, pues toda religión maneja las categorías de deuda (culpa) y desendeudamiento (perdón). El capitalismo es solamente endeudador. No dispone de ninguna posibilidad de expiación que libere al deudor de su deuda. La imposibilidad del desendeudamiento y de la expiación es responsable también de la depresión del sujeto del rendimiento. La depresión, junto con el síndrome del agotamiento, representan un fracaso insalvable en el poder, es decir, una insolvencia física. Insolvencia significa, al pie de la letra, la imponsibilidad de compensar (solvere) la deuda.

Byung-Chul Han
"La agonía del Eros"
Fragmento del capítulo No poder poder
 
Fuente fotografía: http://www.herdereditorial.com/section/5299/