Excelente artículo de Vicenç Navarro publicado en su web. El PSOE no sabe donde está la izquierda, tampoco ahora que lo dirige su nuevo secretario general Pedro Sánchez. Pero esto ya lo sabíamos...
EL MITO DE LAS CLASES MEDIAS
Tras tener que irme de España en el año
1962 por razones políticas, he vivido en muchos países (Suecia, Reino
Unido y EEUU), habiendo trabajado en este último durante casi cincuenta
años. Volví a España tan pronto pude trabajar de nuevo en el mundo
académico español al cual pertenezco. En EEUU, un país de inmigrantes,
participé activamente en la vida académica y política de aquel país.
Esta nota introductoria es para indicar
que conozco bien EEUU y sus instituciones y culturas políticas,
configuradas en gran medida por lo que las clases populares de aquel
país llaman la “Corporate Class”, la clase constituida por los
propietarios y gestores de las grandes corporaciones financieras,
industriales y de servicios, que se llamaba antes clase capitalista y
que ahora se conoce como el 1%, remarcando con ello el carácter tan
minoritario que representa el grupo de personas que dominan la vida
financiera y económica del país, y que gozan de una desorbitada
influencia en los mayores medios de información y persuasión.
Como resultado de esta gran influencia,
sin parangón en las sociedades democráticas a los dos lados del
Atlántico Norte, la narrativa dominante en aquel país excluye cualquier
análisis y terminología que implique la existencia de clases sociales y
el conflicto entre ellas. En lugar de ello, el discurso oficial es que
la mayoría de la población pertenece a las clases medias, agrupando bajo
esta denominación un enorme y amplio abanico de distintos estamentos
sociales, con ingresos que van desde los 18.000 a los 120.000 dólares al
año. En lugar de hablar de burguesía, pequeña burguesía, clases medias y
clase trabajadora, se habla y promueve la tipología de la estructura
social dividida entre ricos, clases medias y pobres. Puesto que la
mayoría de la población no es ni se siente ni rica ni pobre, la
población se define como clase media. En este escenario, las clases
sociales y la lucha de clases desaparecen. Y los defensores de esta
tipología, que sitúa a la mayoría de la población en la clase media,
aportan encuestas que muestran cómo la mayoría de la población
estadounidense se considera de esa clase. Lo que tales defensores
ocultan o desconocen es que las encuestas que muestran dichos resultados
están sesgadas en extremo, pues resultan de preguntarle a la población
si pertenece a la clase alta, a la clase media o a la clase baja. Ante
esta terminología, es lógico y predecible que la mayoría escoja la
categoría de clase media.
Pero un estudio objetivo de la
estructura social muestra que la estructura social de EEUU es semejante a
la que existe en la mayoría de los países de la UE-15, con casi
idénticas categorías de clase social. En realidad, y objetivamente, hay
más personas en EEUU que pertenecen a la clase trabajadora que a las
clases medias (ver Erik Olin Wright, Classes, Verso Books). Y, por
cierto, también hay más personas que se sienten más de clase trabajadora
que de clase media. En realidad, cuando a la población estadounidense
se le pregunta si pertenece a la clase alta, a las clases medias o a la
clase trabajadora, hay más estadounidenses que se definen como clase
trabajadora que como clase media.
La americanización de la cultura política europea
Lo que estamos viendo hoy, resultado del
enorme dominio de las derechas europeas en la vida política de Europa,
es la americanización de la cultura política europea, con la utilización
de la narrativa estadounidense en el discurso político europeo. Y uno
de los claros ejemplos es precisamente la desaparición del discurso de
clase, incluyendo la sustitución del término clase trabajadora por el
término clases medias. Así, vemos dirigentes de partidos incluso de
izquierdas, como el nuevo Secretario General del PSOE, el Sr. Pedro
Sánchez, presentando a estos partidos como los defensores de las clases
medias, tal y como hacen los dirigentes del Partido Demócrata de EEUU.
Mientras, la abstención en los procesos electorales entre la clase
trabajadora, tanto en EEUU como en España, está alcanzando niveles nunca
vistos antes.
Son dirigentes de clase media que olvidan a la clase trabajadora
Pero el problema va más allá de la
terminología, pues muchos de los equipos dirigentes de estos partidos
que se definen de izquierdas proceden, ellos mismos, de las clases
medias (de renta media-alta), y no de la clase trabajadora a la cual
pertenece la mayoría de la ciudadanía. Varios estudios han mostrado la
posición social de la mayoría de los dirigentes de la socialdemocracia
europea, mostrando un sesgo (incluso más acentuado en el sur de Europa)
muy marcado hacia personas que han cursado estudios superiores. Esta
composición refuerza la visión que tales dirigentes tienen de la
sociedad que los rodea, transmitiendo una visión de clases medias. Y ahí
está uno de los problemas que tiene hoy la democracia en esos países:
su escasa representatividad, que se refleja en la gran distancia social
entre los representantes y los representados.
Pero tal visión de clases medias ha
llegado al extremo de que consideran el Estado del Bienestar como un
producto de las presiones de las clases medias, tal como señalaba el
nuevo Secretario General del PSOE en una entrevista reciente en El País.
Es sorprendente que un dirigente de izquierdas no sepa que fue la clase
trabajadora la que jugó un papel primordial en ejercer la presión para
que tal Estado se estableciera. Y los datos están ahí para que el Sr.
Sánchez los vea. En los países donde la clase trabajadora es más fuerte
(y donde hay más población que se define como clase trabajadora), como
son los países escandinavos, hay unos Estados del Bienestar más
desarrollados. En cambio, es en los países donde la clase trabajadora es
más débil (como en el sur de Europa) donde los Estados del Bienestar
están menos desarrollados. Y en España, uno de los países de la UE-15
que tiene uno de los gastos públicos sociales por habitante más bajos,
los dirigentes de izquierdas olvidan citar a la clase trabajadora,
creyendo que han sido sustituidas por sus clases medias. Y a esto lo
llaman “modernizarse”.
El gran éxito de la socialdemocracia en
Europa fue establecer una alianza amplia de clases, lo cual consiguió,
desarrollando políticas públicas que beneficiaban a la clase media
además de la clase trabajadora, universalizando los derechos sociales y
laborales. Esta alianza no significó, sin embargo, la sustitución de una
clase por otra, sino el encontrar intereses comunes que beneficiaban a
ambas. Creerse que la clase trabajadora ha desaparecido, o que se ha
transformado en clase media, es un error científico y político enorme.
En realidad, lo que estamos viendo hoy es lo que en su día se llamó la
proletarización de las clases medias. Hoy, la clase trabajadora se está
ampliando, creándose un enorme potencial para movilizar a las clases
populares frente a los establishments políticos, financieros y
económicos del país.
Font fotografia: http://www.extremaduraprogresista.com/hojas/39-hojas-parroquiales/19321-ibarra-dice-que-se-vaia-donde