LES ALTERNATIVES DE GESTHA

Moltes d'aquestes propostes podrien aplicar-se en el termini d'un any.

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Si no somos dueños de la frescura del aire, ni del brillo del agua, ¿Cómo podrán ustedes comprarlos? Gran Jefe Seattle

EL ACONTECIMIENTO #15M

No me fio de la incomunicabilidad, es la fuente de toda violencia. Jean-Paul Sartre

dissabte, 23 d’agost del 2014

"El silencio y la espera no son neutrales… Si no se hace algo para acabar con la violencia de género que ya ocurre, se está haciendo para que continúe." miguel lorente acosta

Artículo de Miguel Lorente Acosta publicado su blog AUTOPSIA

El autor es Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Granada, Médico Forense por oposición (1988), Especialista de Medicina Legal y Forense, y  Máster en Bioética y Derecho por la Universidad de Barcelona. Actualmente es Profesor Titular del Departamento de Medicina Legal, Toxicología y Antropología Física de la Universidad de Granada.

Experto en el estudio de la violencia interpersonal, y muy especialmente en el de la violencia de género. Ha publicado más de 80 trabajos en revistas nacionales e internacionales de ciencias forenses, y ha colaborado con diferentes Gobiernos y organismos internacionales en materia de violencia contra las mujeres, entre ellos con la Organización Mundial de la Salud para el desarrollo de un “Protocolo  de actuación médico-legal para la atención a las víctimas de violencia sexual” .

También ha publicado libros sobre el tema, entre ellos “Violencia contra la mujer: Maltrato, violación y acoso”, “Mi marido me pega lo normal”, “El rompecabezas: Anatomía del maltratador” y “Los nuevos hombres nuevos”.

Su experiencia y formación lo han llevado a ocupar cargos de responsabilidad dentro de la Administración española. Fue Director  del Instituto de Medicina Legal de Granada (desde julio de 2003 hasta abril de 2008), Director de General de Asistencia Jurídica a Víctimas de Violencia de la Junta de Andalucía (desde diciembre de 2006 a Abril de 2008), y Delegado del Gobierno para la Violencia de Género del gobierno de España desde abril de 2008 a diciembre de 2011.
 Curriculum publicado en EL DIARIO.ES

Tiene que producirse la violación de una mujer para que se hable de las agresiones sexuales que se producen en España; tienen que cometerse, no ya el homicidio de una mujer, sino varios cercanos, para que se plantee un debate sobre la violencia de género en el seno de las relaciones de pareja; tiene que darse la circunstancia de que uno de los homicidios se haya cometido tras una denuncia y con una medida de protección en vigor, para preguntarse públicamente qué tipo de protección se da a las mujeres que denuncian este tipo de violencia; un maltratador tiene que asesinar a su hijo o a su hija para debatir cómo abordar el tema del régimen de visitas y la custodia tras las separaciones de las parejas donde ha existido violencia de género…   Y mientras tanto silencio. 
 
Silencio como si no pasara nada, como si todo estuviera controlado, como si el simple deseo de que no exista la violencia de género fuese la principal medida y acción para que no se produzca… Pero la realidad no es esa.

Y no lo es porque el silencio es el principal argumento de quienes buscan mantener y perpetuar la violencia sobre la culpa de las “malas mujeres” merecedoras de lo que les ocurre, y porque junto a ese silencio sobre la realidad están las palabras que buscan reforzar las ideas que el machismo ha situado como parte de la normalidad de la cultura y de la convivencia social… Es el mensaje de que las mujeres son “malas y perversas” por definición, y la argumentación práctica, ya nada de teoría, en cada palabra sobre las “denuncias falsas”, la provocación, la instrumentalización de su condición de mujer para arrebatarle los hijos a los hombres y echarlos de la casa…

El silencio y la espera no son neutrales… Si no se hace algo para acabar con la violencia de género que ya ocurre, se está haciendo para que continúe. Así de terrible, pero así de simple.

Por eso sorprende que ante cada nuevo “accidente” de la realidad, como ha ocurrido ahora con la violación cometida en Málaga, los argumentos hayan girado alrededor de las tres ideas tradicionales que aparecen en violencia de género:
  1. Por un lado la normalidad, bajo el razonamiento de que son más de 1000 violaciones las que se producen al añ Una normalidad que se llega a utilizar como “justificación jurídica” cuando en una sentencia del Tribunal Supremo se dice que 35 violaciones hacían la situación normal.
  2. Por otro, situar la responsabilidad sobre las mujeres que sufren las agresiones y las violaciones. Son ellas, se dice, las que deben hacer algo para evitarlas, y al mismo tiempo no se dice ni se hace lo suficiente contra los agresores y violadores, ni se manda mensaje alguno hacia los hombres que llevan o pueden llevar a cabo esta violencia. Una responsabilidad en las víctimas que luego es traducida al lenguaje coloquial como “culpabilidad” por haber hecho algo (provocación, flirtear, acudir a determinados lugares, dejarse acompañ..), o por no haber hecho nada (no ir acompañada, no haber vestido adecuadamente, no haber tomado medidas…)
  3. Y en tercer lugar está la idea del agresor como “chivo expiatorio”. Siempre hay, y ha habido, agresores en todas las manifestaciones de la violencia de género que han sido detenidos, y que se muestran públicamente como escarnio de lo sucedido y como purificación del ambiente. Son como el agua bendita que viene a lavar el escenario y las conciencias para que todo se entienda como ese accidente de la excepcionalidad, en lugar como la rutina de una normalidad que se intenta aparcar en el rincón de la infrecuencia para restarle trascendencia y, sobre todo, significado. Para que cada hombre detenido pague por todos los violentos que no son detenidos, por muchos otros hombres que se plantean la violencia como opción si se dan las circunstancias, y por todos los que callan o hablan desde el posmachismo. No olvidemos que según el Eurobarómetro de la UE (2010), un 15% de la población europea considera que la violencia sexual “no es grave” .
Vivimos una verdadera “feria de violaciones” de Derechos Humanos en las mujeres a través de las diferentes formas de violencia de género… Una feria donde el elemento común es la impunidad, una impunidad respaldada por el silencio y por las palabras que intentan culpabilizar a las mujeres o desviar la atención diciendo que hablar de “hombres violentos” es criminalizar a los hombres.
La realidad es objetiva. Según el último informe de la OMS (2013) sobre prevalencia de la violencia de género, en Europa el 5.2% de las mujeres sufrirán a lo largo de su vida una agresión sexual por un hombre diferente a su pareja.

El resultado de la respuesta social e institucional también dice mucho sobre esta cultura machista que arroja la piedra de la violencia de género y luego oculta la mano. Estudios internacionales, como el de Johnson, Ollus y Nevala (2008), indican que se denuncia menos del 20% de la violencia de género, de ellos un 1-7% son investigados, y de estos sólo terminan en condenas entre el 1 y el 5%. O lo que es los mismo, más del 99.9% de los hombres violentos que atacan a las mujeres terminan impunes en esta “feria de violencia” contra las mujeres y contra una sociedad democrática a la que impiden alcanzar la Igualdad.

Basta ya de silencios y de palabras para que las mujeres “hagan algo”. Basta ya de festejar las detenciones puntales sin hacer lo suficiente contra las causas que dan lugar a que exista la violencia de género. Hay que dirigirse a los hombres para que renuncien al machismo, para que se incorporen a la Igualdad, para que aprendan a convivir en paz y sin privilegios… Y hay que trabajar para erradicar la desigualdad de nuestra sociedad, y señalar a los responsables de esta situación: a los agresores, a su cómplices en el silencio y a sus aliados con las palabras.

NO ES NO.TAMBIÉN EN MÁLAGA: BEATRIZ GIMENO CONTRA LA BARBARIE MACHISTA

Uno de los mitos más persistentes del patriarcado es aquel que describe la sexualidad masculina como una potente fuerza de la naturaleza, como un torrente que arrolla todo lo que se encuentre a su paso, como una fuerza que una vez puesta en marcha es difícil de detener. Según el mito, si una mujer no quiere mantener relaciones sexuales, lo mejor que puede hacer es no provocar al monstruo; no poner en marcha esa maquinaria, no abrir las compuertas del torrente. Es una sexualidad que algunas feministas han descrito usando la metáfora de “sexualidad hidráulica”. El patriarcado nos presenta a los hombres como a personas que, llegadas a un momento en la excitación sexual, ya no pueden parar. De ahí todos los mitos preventivos de la violación que siguen a la orden del día: no les provoques, no te expongas, no pongas en marcha la maquinaria. Lo que en definitiva quiere decir esto es que como un hombre tenga una erección y como la mujer haya colaborado en provocar esa erección…luego que no se queje. Llega un momento en el que él ya no tiene la culpa. Pero naturalmente que la tiene, la erección es una reacción involuntaria, lo que un hombre haga con su cuerpo es algo de lo que es enteramente responsable, en cualquier momento. Una erección no daña a nadie, es el violador o el abusador el que daña a la víctima.

Me extraña que si la chica presuntamente violada de Málaga tuvo sexo consentido, como dicen ellos, fuera encontrada por la policía desorientada y llorando. Me extraña que la jueza archivara la denuncia tan rápido, sin practicar ninguna prueba forense ni psicológica a la chica. Es posible que ella estuviese tonteando con los chicos, como afirman los testigos. Eso no es un delito, eso no implica nada, eso no la obliga a nada, eso no anula su libertad, eso ni siquiera es moralmente reprobable; tontear no quiere decir obligatoriamente que ella quisiese ir más allá. Volvemos al hombre-torrente. Nosotras también nos excitamos sexualmente; nosotras también, a veces, nos quedamos con las ganas; nosotras también podemos equivocar las señales. Pero nosotras sabemos que si  nos dicen que no, es que no tenemos permiso y ahí se acaba la cuestión. Lo que se les enseña a ellos, por el contrario, es que nosotras somos responsables de una parte de su propio comportamiento sexual.

Puede que ella quisiera tener sexo con uno, pero no con otro. Puede que la grabación del móvil la mostrara teniendo sexo consentido con uno. Eso no quiere decir que el otro no la violara. Puede que tuviera sexo consentido con los dos, eso no quiere decir que los otros que miraban no la agredieran sexualmente de otra manera. ¿Muestra la grabación del video toda la secuencia de lo que allí ocurrió o muestra sólo que hubo un momento en el que la chica tuvo sexo consentido? Ese momento no puede invalidar el resto de lo que pasó. Puede que la chica estuviera teniendo sexo consentido y de repente aquello ya no le gustara, que se arrepintiera,  y que decidiera que ya no quería más. Si cualquiera de ellos siguió cuando ella quiso parar,  eso es, al menos, un delito contra la libertad sexual de ella.

Es muy posible que la jueza, el fiscal, desde luego los chicos implicados, tengan en su cabeza el mito machista de que para que haya algún tipo de abuso sexual tiene que haber una negativa que se manifiesta desde el principio hasta el final, tiene que haber resistencia y tiene que haber fuerza por parte del agresor. Los delitos contra la libertad sexual penalizan el contacto sexual sin que exista consentimiento, no hace falta fuerza, basta un “no”. Porque en cualquier caso, en cualquier momento, en cualquier situación en que se produzca,  no es siempre no. La falta de pruebas no es óbice para no comenzar el procedimiento porque, como señala la jurisprudencia el testimonio de la víctima basta como prueba; de lo contrario las violaciones y delitos contra la libertad sexual quedarían siempre impunes. El único requisito es que el testimonio de la víctima sea verosímil y coherente. No parece que la jueza haya encargado los exámenes necesarios para ver si era un testimonio verosímil. En principio no parece que la chica tenga ningún motivo para mentir. El informe médico indica que la chica sufrió importantes daños; el sexo fuerte puede ser consentido, naturalmente, pero todo parece indicar que ella se sintió violada y que por tanto, fue violada. En algún momento quiso parar, en algún momento debió decir no. Y no siempre es no.

Si al final resultara (yo no lo creo) que la chica tiene algún motivo oculto para tratar de hacer daño a alguno de los acusados o a todos (parece que ni siquiera se conocían) entonces nos encontraríamos ante una rareza. La alegría con la que en los círculos neomachistas se han lanzado como cuervos a hacer de lo que sería una rara excepción algo supuestamente corriente; las inmundas declaraciones del inmundo Alcalde de Valladolid sacando ventaja machista de lo que es un delito especialmente doloroso para la víctima.., todo ello sólo demuestra la terrible pervivencia de otro mito machista del que no nos libramos: el de las denuncias falsas. La realidad es que en las agresiones sexuales, en el maltrato, no hay apenas denuncias falsas. Que sobre una realidad inexistente se haya levantado un mito que tanta gente está dispuesta a creer y que una mentira mil veces repetida se haya terminado convirtiendo en un arma efectiva contra nuestros esfuerzos en la lucha contra la violencia de género,  sólo demuestra lo poco que los poderes públicos están dispuestos a hacer en esta cuestión. Que seamos las feministas las que tengamos que demostrar constantemente que las denuncias falsas son mucho menos del 0.5 del total según el propio Consejo General de Poder Judicial, demuestra lo poco que les importa a estas instituciones supuestamente democráticas la igualdad e,  incluso, con el gobierno del PP, lo poco que les importa nuestra dignidad. Que el Gobierno, la desaparecida ministra de Igualdad (sic) y todas las instituciones, no hayan tomado la palabra para despejar las mentiras que circulan sobre las denuncias falsas, que existan grupos de neomachistas organizados alrededor de este asunto y tengan cabida en partidos y asociaciones democráticas, que el alcalde de una ciudad importante como es Valladolid haga esas declaraciones que ha hecho León de la Riva convirtiendo a las víctimas en agresoras y no se le obligue a dimitir… Todo esto demuestra el retroceso que estamos viviendo en este país.  Las denuncias falsas son como las Meigas: nadie las ha visto pero mucha gente piensa que debe haberlas y mucha gente quiere que las haya.

Lo cierto es que sabemos que hay una ofensiva neoliberal contra la democracia y los derechos sociales, y el feminismo es un pilar tanto de aquella como de estos. Sin igualdad entre mujeres y hombres no hay ni democracia ni derechos. Y las resistencias que estamos encontrando y que parecen crecer, auspiciadas por el ambiente que está imponiendo el PP, así como por su inacción en esta cuestión de la violencia machista,  se deben a que el neoliberalismo tiene su política económica y su política social, pero tiene también su propia política sexual, y no es la feminista precisamente.

Article publicat a EL DIARIO.ES 

Font fotografia. http://tegulariusbis.blogspot.es/1333037880/el-hebdomadario-vengador-anno-iv-n-mero-terno/ 

dimarts, 19 d’agost del 2014

Contra la violación, lo mejor (no) es esconderse

Artículo de Beatriz Gimeno publicado en EL DIARIO.ES

¿El Ministerio del Interior prefiere hacer lo que han hecho siempre las instituciones patriarcales para evitar las violaciones, esto es, recomendar a las mujeres que se queden en casa, que no se hagan visibles, que no vayan solas, que no vistan de aquella manera?

El Ministerio del Interior ofrece en su web unos consejos antiviolación a las mujeres que deben parecerse mucho a los que se daban a los posibles blancos de ETA para evitar que les mataran: "Cambie de itinerario cada cierto tiempo; cierre las ventanillas de su casa; no pasee de noche por calles solitarias, ni sola ni acompañada; antes de aparcar su coche mire alrededor por si ve personas sospechas..." . Aquel que recomendaba a concejales o políticos vascos que miraran los bajos de su coche antes de subirse al mismo, se parece mucho a este otro: "Antes de subir a su vehículo observe su interior. Podría encontrarse algún intruso agazapado en la parte trasera". La enorme diferencia entre aquellos consejos y estos es que en el caso de las personas amenazadas por el terrorismo todo el mundo percibía la situación como lo que era y el Ministerio del Interior, además de consejos, perseguía con todos los medios a su alcance al grupo terrorista. Era una amenaza cierta, real, y para salvar la vida las personas amenazadas tenían que renunciar a una parte muy importante de su libertad. Pero, además de estos consejos, todas las instituciones del Estado estaban volcadas en la lucha contra ETA.

Pero, ¿qué grupo terrorista nos amenaza a las mujeres para que no podamos aparcar nuestro coche sin mirar alrededor? ¿Los hombres en general? ¿Hay una plaga de violadores? ¿Han aumentado las violaciones tanto como para que ninguna mujer pueda ir a su trabajo si no es siguiendo una logística antiatentados? ¿O quizá el Ministerio del Interior prefiere hacer lo que han hecho siempre las instituciones patriarcales para evitar las violaciones, esto es, recomendar a las mujeres que se queden en casa, que no se hagan visibles, que no vayan solas, que no vistan de aquella manera? Esta vieja estrategia patriarcal no pretende evitar las violaciones, sino que pretende atemorizar a las mujeres para que no se adueñen del espacio público en la misma medida que los hombres, para que no se sientan seguras; en última instancia es una estrategia para que si al final en todo caso la violación se produce siempre se pueda culpar a la mujer por haber hecho lo que no debía e incluso –si hacemos caso al Ministerio del Interior– por no haber hecho lo que debía, es decir, renunciar a su libertad.

Violar está muy mal sí, pero nosotras siempre habremos hecho algo mal, algo que habrá hecho que la vida del violador esté echada a perder, como demuestra el twit enviado por la Unión Federal de Policías equiparando a víctima y violadores. ¿Alguien se imagina esto mismo en cualquier otro delito?





















. 5 jóvenes detenidos #abuso sexual a una joven en la #feria. Vida marcada para todos (víctima y delincuentes) pic.twitter.com/sJpDcZNqzK
11:24 - 17 de ago. de 2014 


Violar está muy mal sí, pero nosotras siempre habremos hecho algo mal, algo que habrá hecho que la vida del violador esté echada a perder, como demuestra el twit enviado por la Unión Federal de Policías equiparando a víctima y violadores. ¿Alguien se imagina esto mismo en cualquier otro delito?

Los intentos para responsabilizar a las mujeres de sus violaciones son muchos y son muy antiguos. La violación es un instrumento usado por unos cuantos contra unas cuantas desde siempre, pero que sirve para aterrorizar a todas, para que se comporten, para que renuncien a ser libres e iguales. Es lo que siempre puede pasar si usas tu libertad, si ocupas el espacio, si sales de noche… Lo que siempre puede pasar y de lo que tú tendrás parte de culpa. Tu vida quedará marcada y, de paso, la de los pobres chicos.

Naturalmente que hay violaciones y abusos sexuales y todas sabemos lo que hay que hacer para protegernos, es de las primeras cosas que se le dice a una chica en realidad. Una chica escucha esa amenaza desde que pone un pie sola en la calle siendo una adolescente. Qué riesgo quiere asumir, a qué libertad renunciar, es algo que todas tendremos que manejar a lo largo de nuestra vida. Por eso, como esa amenaza pende siempre sobre nuestras vidas y es un signo de desigualdad al mismo tiempo que una herramienta para perpetuarla, las instituciones que de verdad quieran combatir las violaciones lo que tienen que hacer es combatir radicalmente y en todas las instancias la desigualdad, empoderar a las chicas para que no tengan miedo y sepan defenderse; contribuir a que la sociedad entera considere a los violadores como delincuentes peligrosos a los que toda la sociedad tiene que combatir.

Es posible, por último, que sí, que estemos asistiendo a un repunte de la violencia machista. Este repunte se manifiesta en los delitos relacionados con el género, pero también en una mayor visibilidad y en una mayor impunidad social de los comportamientos y de las opiniones machistas. De este repunte, qué duda cabe, tienen la culpa los propios machistas, pero desde luego también tienen cierta responsabilidad estas instituciones que han renunciado a denunciarlo y a luchar contra la desigualdad. Nuestras instituciones, no sólo las políticas, son culpables de inacción en la lucha contra el maltrato, de la renuncia a la educación en igualdad, del no combate contra los comportamientos machistas de los personajes públicos o de la permisividad ante la glorificación mediática de la violencia sexual, incluida la violación.

Contra la violación castigo penal a los violadores, castigo social a todos los que los amparan, combate en todos los órdenes contra el machismo y apuesta absoluta y decidida por la igualdad. Y ninguna renuncia más por nuestra parte: ni a la libertad, ni a la noche, ni a la ocupación del espacio público, ni a la diversión… a nada, a nada más. El miedo no protege de nada, al contrario, el miedo nos hará más vulnerables. 

divendres, 15 d’agost del 2014

La nueva "normalidad" que nos quieren imponer"

En esta crisis hay ganadores y perdedores y los ganadores pretenden que tal estatus se asiente como nueva ‘normalidad’, un símbolo para que se perpetúe la pérdida de derechos históricos.
Artículo de José Molina Molina @ecoapiedecalle, doctor en Economía, Sociólogo y miembro de Economistas Frente a la Crisis / Murcia, publicado en el diario La Verdad de Murcia

Desde Economistas Frente a la Crisis hacemos un llamamiento para denunciar la ‘nueva normalidad’, es decir, la aceptación de las reformas estructurales emprendidas y el conjunto de los equilibrios/desequilibrios promovidos, en los que se reflejan múltiples transformaciones, cuya visión repetitivita quieren instaurar  en la sociedad un sentido de nueva normalidad. Impuesta, claro. Ese modo elegido para salir de la crisis con la resultante de que unos salen más fortalecidos y la mayoría más debilitados, es también una ‘nueva normalidad territorial’ en la que los países del sur, incluida Cataluña, son pasto de los que dominan el poder económico. ¡No lo olvidemos!

En este escenario, el rol que interpretan los países del sur es el de tener que competir entre ellos y con el Este de Europa, así que nuestro horizonte es convivir con salarios bajos, precariedad laboral y exportar a precios competitivos. Son las reglas para funcionar en una Europa dual que ha sido incapaz de enfrentarse a la crisis con bravura. Se consagran las asimetrías, la desigualdad y las divergencias. Nos llevan justo por donde no queremos ir. Han roto el proyecto ilusionante de una Europa unida y solidaria para convertirla en un símbolo de las desigualdades. Como afirma Krugman, en los debates políticos sobre la sanidad, la educación y la igualdad, la ideología se ha impuesto por completo a la realidad.

Por su parte, Olli Rehn –ex-vicepresidente de Asuntos Económicos de la Comisión Europea- confesó que la crisis de la deuda pública se ha gestionado de forma indiscriminada y dañina al crecimiento, una afirmación que nos llega un poco tarde pero que abunda en la convicción de que la incapacidad para salir de la crisis nos aboca a que las divergencias competitivas sean el modelo económico y social que nos han diseñado para las próximas décadas. Por estos motivos es positivo que esté tomando fuerza el movimiento ciudadano denominado ‘Audita la deuda pública’.

Auditemos la deuda pública. No es, como algunos dicen y otros piensan para una acción de acuerdo con el Convenio de Viena, que la convertiría en ilegítima. Auditar la deuda pública es para un proceder educativo, porque analizándola sabremos por qué nos hemos endeudado, cómo han priorizado nuestros políticos las necesidades y, sobre todo, por qué se han realizado unos proyectos y no otros. También es interesante conocer quién o quiénes son los beneficiarios, quién hizo el negocio. Pensemos que auditar la deuda por los ciudadanos es estudiar la anatomía del gasto público, el resultado de hacerle la autopsia a un ‘gasto muerto’ como es la carga excesiva que supone la deuda. En el caso de algunas Comunidades Autónomas, como la de Murcia y Valencia, el endeudamiento es ‘diabólico’.

A pesar de la propaganda, la realidad es que seguimos en plena crisis, entendida no sólo por sus desequilibrios y desempleo de recursos sino también por la desorientación política y el desconcierto social porque, ya se sabe, en esta crisis hay ganadores y perdedores, y los ganadores pretenden que tal estatus se asiente como un símbolo para que se perpetúe la pérdida de derechos históricos, cual antigualla de un pasado utópico irrepetible. Porque el gasto público se quiere para otros objetivos o, sencillamente, porque se quiere pagar menos impuestos, menos salarios, menos amparo, menos demandas sociales, menos inversión pública, menos formación, menos pensiones y más familias en precario. Es la perfección del círculo imperfecto.

Nos faltan políticas que coloquen al empleo como primer objetivo y que se olviden de resurgir otra vez la economía del pelotazo. Hay quienes no tienen más salidas que apoyar proyectos oxidados, no relanzan el crédito y la inversión porque desde los potentes lobbies y desde las ‘puertas giratorias’ quieren imponer su nueva ‘normalidad’.

Debemos provocar un debate para no sentirnos atrapados, pasar a la acción de las propuestas. Esta crisis tiene nombre y apellidos y no debemos consentir que un capitalismo excluyente, que se ha enquistado en un partido petrificado, se apropie de lo que es común. Si no lo hacemos, en el futuro nos demandarán por no actuar en el momento adecuado.

Fuente fotografía: http://www.economiaapiedecalle.com/wordpress/?author=2&paged=3

dissabte, 9 d’agost del 2014

¿Para cuándo una manifestación de indignados contra la violencia machista? La violencia contra las mujeres es cosa de hombres






Publicado en AraInfo

Los hombres tienen la palabra, pero no porque todos sean violentos. No es esa la cuestión. La violencia de género es un problema social y cultural que afecta de manera global a la humanidad. Forma parte de la construcción social de la masculinidad y de ese sistema que la sostiene: el patriarcado. No vamos a erradicar la violencia contra las mujeres si no contamos con ellos.
 
Por ello desde Feminicidio.net lanzan una campaña de sensibilización junto a Alianza por la Solidaridad para crear espacios de diálogo, reflexión y acción colectiva entre hombres y mujeres, que permitan acercarnos a un cambio de mentalidad. Si la violencia contra las mujeres es estructural, entonces empecemos por deconstruir y cuestionar aquello que sostiene nuestras acciones y nuestra manera de estar en el mundo, el lenguaje y la palabra.

Feminicidio | Graciela Atencio | Ellos tienen la palabra. Y por eso, en esta campaña les preguntamos a los hombres: ¿Qué le dirías a un hombre que no le importa la violencia contra las mujeres? ¿Por qué la violencia contra las mujeres es cosa de hombres?

Son hombres los que cometen más del 95 por ciento de todos los crímenes en el mundo. ¿Qué tenemos que hacer mujeres y hombres para que los hombres dejen de ejercer esa violencia?

Poner el foco en los hombres con este tema también nos permite sacar el cuerpo de las mujeres del imaginario patriarcal en el que se nos ve estáticas, rotas, derrotadas, aniquiladas,…, Casi todas las campañas publicitarias sobre violencia de género están centradas en las mujeres, la mayoría de las veces se nos trata como víctimas o se nos revictimiza. La mayoría de las veces no tienen perspectiva feminista.

Las grandes campañas de sensibilización reproducen esta imagen y este mensaje de mujer víctima-hombre maltratador y victimario invisible. Las agencias publicitarias no cuentan entre sus filas con creativos o creativas que utilicen el discurso feminista, ni contratan o se dejan asesorar por activistas o personas especializadas en la materia, o simplemente satisfacen el deseo o intereses de “clientes”, muchos de ellos pertenecientes a instituciones del Estado, alineados con la naturalización de la violencia de género y negados a renunciar al discurso hegemónico patriarcal.

También es cierto que muchas de las campañas institucionales de sensibilización no funcionan. No, si se centran en la propaganda política del gobierno de turno. No, si se preocupan más por el merchandising y se derrochan miles y miles de euros en camisetas, bolígrafos, tazas,…, con estrategias propias de la venta de una mercancía o del lanzamiento de una marca. No, si los mensajes no van acompañados de herramientas educativas y recursos pedagógicos que puedan ser utilizados por profesionales que trabajan en violencia de género y una ciudadanía activa que asuma la aspiración de promover la sociedad del buen trato.

Esta propuesta se inscribe en la dinámica publicitaria que vemos en grandes medios y con códigos y registros convencionales en lo visual y estético pero con una intención conceptual que subvierte el orden simbólico del imaginario patriarcal: la violencia contra las mujeres por el hecho de ser mujeres es un problema que tienen que asumir los hombres desde su construcción de género.

Esta propuesta hace un llamado a las instituciones y a la ciudadanía: no hacen falta grandes presupuestos ni grandes recursos para realizar campañas de prevención de la violencia de género. Lo que hace falta es debatir y dialogar sobre cómo construir una sociedad igualitaria y no violenta, voluntad política, compromiso, acciones contundentes y transformadoras de la realidad, y que cada una y uno de nosotros se involucre y se convierta en un nodo del cambio. Podemos construir un nuevo modelo de Estado ciudadano. ¿Te animas?

La campaña durará un año. Empezamos por compartir un video y los carteles con testimonios de siete hombres que miran de frente. Hombres que saben lo que quieren. Hombres comprometidos con un cambio de mentalidad social. Hombres que hablan claro y le dicen a otros hombres que la violencia contra las mujeres es cosa de hombres.

dijous, 7 d’agost del 2014

La americanización de la cultura política europea

Excelente artículo de Vicenç Navarro publicado en su web. El PSOE no sabe donde está la izquierda, tampoco ahora que lo dirige su nuevo secretario general Pedro Sánchez. Pero esto ya lo sabíamos...

EL MITO DE LAS CLASES MEDIAS

Tras tener que irme de España en el año 1962 por razones políticas, he vivido en muchos países (Suecia, Reino Unido y EEUU), habiendo trabajado en este último durante casi cincuenta años. Volví a España tan pronto pude trabajar de nuevo en el mundo académico español al cual pertenezco. En EEUU, un país de inmigrantes, participé activamente en la vida académica y política de aquel país.

Esta nota introductoria es para indicar que conozco bien EEUU y sus instituciones y culturas políticas, configuradas en gran medida por lo que las clases populares de aquel país llaman la “Corporate Class”, la clase constituida por los propietarios y gestores de las grandes corporaciones financieras, industriales y de servicios, que se llamaba antes clase capitalista y que ahora se conoce como el 1%, remarcando con ello el carácter tan minoritario que representa el grupo de personas que dominan la vida financiera y económica del país, y que gozan de una desorbitada influencia en los mayores medios de información y persuasión.

Como resultado de esta gran influencia, sin parangón en las sociedades democráticas a los dos lados del Atlántico Norte, la narrativa dominante en aquel país excluye cualquier análisis y terminología que implique la existencia de clases sociales y el conflicto entre ellas. En lugar de ello, el discurso oficial es que la mayoría de la población pertenece a las clases medias, agrupando bajo esta denominación un enorme y amplio abanico de distintos estamentos sociales, con ingresos que van desde los 18.000 a los 120.000 dólares al año. En lugar de hablar de burguesía, pequeña burguesía, clases medias y clase trabajadora, se habla y promueve la tipología de la estructura social dividida entre ricos, clases medias y pobres. Puesto que la mayoría de la población no es ni se siente ni rica ni pobre, la población se define como clase media. En este escenario, las clases sociales y la lucha de clases desaparecen. Y los defensores de esta tipología, que sitúa a la mayoría de la población en la clase media, aportan encuestas que muestran cómo la mayoría de la población estadounidense se considera de esa clase. Lo que tales defensores ocultan o desconocen es que las encuestas que muestran dichos resultados están sesgadas en extremo, pues resultan de preguntarle a la población si pertenece a la clase alta, a la clase media o a la clase baja. Ante esta terminología, es lógico y predecible que la mayoría escoja la categoría de clase media.

Pero un estudio objetivo de la estructura social muestra que la estructura social de EEUU es semejante a la que existe en la mayoría de los países de la UE-15, con casi idénticas categorías de clase social. En realidad, y objetivamente, hay más personas en EEUU que pertenecen a la clase trabajadora que a las clases medias (ver Erik Olin Wright, Classes, Verso Books). Y, por cierto, también hay más personas que se sienten más de clase trabajadora que de clase media. En realidad, cuando a la población estadounidense se le pregunta si pertenece a la clase alta, a las clases medias o a la clase trabajadora, hay más estadounidenses que se definen como clase trabajadora que como clase media.

La americanización de la cultura política europea

Lo que estamos viendo hoy, resultado del enorme dominio de las derechas europeas en la vida política de Europa, es la americanización de la cultura política europea, con la utilización de la narrativa estadounidense en el discurso político europeo. Y uno de los claros ejemplos es precisamente la desaparición del discurso de clase, incluyendo la sustitución del término clase trabajadora por el término clases medias. Así, vemos dirigentes de partidos incluso de izquierdas, como el nuevo Secretario General del PSOE, el Sr. Pedro Sánchez, presentando a estos partidos como los defensores de las clases medias, tal y como hacen los dirigentes del Partido Demócrata de EEUU. Mientras, la abstención en los procesos electorales entre la clase trabajadora, tanto en EEUU como en España, está alcanzando niveles nunca vistos antes.

Son dirigentes de clase media que olvidan a la clase trabajadora

Pero el problema va más allá de la terminología, pues muchos de los equipos dirigentes de estos partidos que se definen de izquierdas proceden, ellos mismos, de las clases medias (de renta media-alta), y no de la clase trabajadora a la cual pertenece la mayoría de la ciudadanía. Varios estudios han mostrado la posición social de la mayoría de los dirigentes de la socialdemocracia europea, mostrando un sesgo (incluso más acentuado en el sur de Europa) muy marcado hacia personas que han cursado estudios superiores. Esta composición refuerza la visión que tales dirigentes tienen de la sociedad que los rodea, transmitiendo una visión de clases medias. Y ahí está uno de los problemas que tiene hoy la democracia en esos países: su escasa representatividad, que se refleja en la gran distancia social entre los representantes y los representados.

Pero tal visión de clases medias ha llegado al extremo de que consideran el Estado del Bienestar como un producto de las presiones de las clases medias, tal como señalaba el nuevo Secretario General del PSOE en una entrevista reciente en El País. Es sorprendente que un dirigente de izquierdas no sepa que fue la clase trabajadora la que jugó un papel primordial en ejercer la presión para que tal Estado se estableciera. Y los datos están ahí para que el Sr. Sánchez los vea. En los países donde la clase trabajadora es más fuerte (y donde hay más población que se define como clase trabajadora), como son los países escandinavos, hay unos Estados del Bienestar más desarrollados. En cambio, es en los países donde la clase trabajadora es más débil (como en el sur de Europa) donde los Estados del Bienestar están menos desarrollados. Y en España, uno de los países de la UE-15 que tiene uno de los gastos públicos sociales por habitante más bajos, los dirigentes de izquierdas olvidan citar a la clase trabajadora, creyendo que han sido sustituidas por sus clases medias. Y a esto lo llaman “modernizarse”.

El gran éxito de la socialdemocracia en Europa fue establecer una alianza amplia de clases, lo cual consiguió, desarrollando políticas públicas que beneficiaban a la clase media además de la clase trabajadora, universalizando los derechos sociales y laborales. Esta alianza no significó, sin embargo, la sustitución de una clase por otra, sino el encontrar intereses comunes que beneficiaban a ambas. Creerse que la clase trabajadora ha desaparecido, o que se ha transformado en clase media, es un error científico y político enorme. En realidad, lo que estamos viendo hoy es lo que en su día se llamó la proletarización de las clases medias. Hoy, la clase trabajadora se está ampliando, creándose un enorme potencial para movilizar a las clases populares frente a los establishments políticos, financieros y económicos del país.

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