LES ALTERNATIVES DE GESTHA

Moltes d'aquestes propostes podrien aplicar-se en el termini d'un any.

CUANDO QUEDAS ATRAPADX EN LA DESTRUCCIÓN, DEBES ABRIR UNA PUERTA A LA CREACIÓN. Anaïs Nine

Es de las crisis que nacen la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Albert Einstein

INTERFERÈNCIES

Los diputados del pueblo no son sus representantes, sólo son sus comisarios. Las leyes que el pueblo mismo no ratifica no tienen validez, son leyes nulas. Jean-Jacques Rousseau

HOME: EL NOSTRE PLANETA

Si no somos dueños de la frescura del aire, ni del brillo del agua, ¿Cómo podrán ustedes comprarlos? Gran Jefe Seattle

EL ACONTECIMIENTO #15M

No me fio de la incomunicabilidad, es la fuente de toda violencia. Jean-Paul Sartre

dimarts, 30 d’abril del 2013

Nuevo diccionario político-español: Una herramienta imprescindible para conocer la realidad del país



Lo que l@s polític@s nos dicen Lo que en realidad es
Devaluación competitiva de los salarios“(Banco Central Europeo) Bajada de sueldos
Préstamo en condiciones muy favorables, “línea de crédito” o “apoyo financiero” Rescate
Medidas excepcionales para incentivar la tributación de rentas no declaradas” (Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas) Amnistía fiscal
“Facilitar la gestión activa del patrimonio dañado de las entidades financieras” (PP) Inyectar dinero público a los bancos mediante un banco malo
Novedad tributaria(Cristóbal Montoro) Subida de impuestos
Tasa negativa de crecimiento económico(Mariano Rajoy) Decrecimiento económico
Movilidad exterior (Fátima Báñez) Fuga de cerebros
Desaceleración transitoria (José Luis Rodríguez Zapatero) Crisis
Recargo temporal de solidaridad (Cristóbal Montoro) Subida del IRPF
Gravamen adicional (Luis de Guindos) Subida del IVA
Violencia en el entorno familiar (Ana Mato) Violencia de género
Ticket moderador (Artur Mas) Copago y repago
Ayudas a los ahorradores (Mariano Rajoy) Rebajas fiscales para los más ricos
Minijob (Banco Central Europeo) Empleo basura y muy precario
Emprendedores Patronal y empresarios
Ponderación de los impuestos(Cristóbal Montoro) Subida de impuestos
Indemnización en diferido (María Dolores de Cospedal) Ni Cospedal sabe lo que es
Flexibilizar el mercado laboral (Luis de Guindos) Abaratar el despido
Procedimientos de ejecución hipotecaria Desahucio
Cese temporal de la convivencia” (Casa Real) Separación

Publicat per la Noemí Rivera a YOROKOBU 
                                               take a walk on the slow side

dissabte, 27 d’abril del 2013

Algunas reflexiones sobre el "Asedio al Congreso" 25A

1- La acción estaba condenada al fracaso. ¿Alguien pensaba realmente que podía salir bien? Al menos si el objetivo era realmente mantener asediado el Congreso hasta la dimisión del Gobierno... Si el objetivo era otro, ya no sé. 

2- El análisis del que partía era simplista. Por supuesto que la situación es insostenible (¿alguien lo duda?) y que la rabia está a flor de piel. Pero la rabia sin organizar y sin canalizar sirve de poco. De momento, los movimientos sociales mayoritarios (15-M, las Mareas, la PAH) siguen en la línea de la no violencia y la desobediencia civil, y no es casualidad. Al fin y al cabo, son movimientos asamblearios, no verticales. Si el sentimiento mayoritario de las manifestantes fuera el de asaltar por la fuerza el congreso, no habría moderador del 15-M capaz de impedirlo. Así que por mucho que ¡En Pie! de permiso 'al pueblo' para sublevarse con violencia, si no quiere, no quiere. 

3- ¿Tomar un Congreso y derrocar un gobierno por la fuerza pero sin armas y sin organización? No sé si eso se ha dado alguna vez en la Historia. Si una 'masa enfurecida' estuviese tomando el Congreso y poniendo en jaque al Estado (ehem) realmente, en última instancia la policía, o el ejército, tienen armas de fuego y todo el vinagre en pañuelos del mundo no hace frente a eso en un combate cuerpo a cuerpo improvisado... O peor que improvisado: con una estrategia publicada con anterioridad en Internet. 

4- Aún suponiendo que se tumbe al Gobierno, queda la pregunta clave... ¿Después qué? He aquí el problema de los análisis simplistas. Si hablamos de revoluciones violentas triunfantes (Rusia, Cuba, China, Vietnam, etc.), todas tenían a) organización; b) un proyecto en construcción; c) apoyo popular masivo; d) una trayectoria de años de lucha y trabajo de concienciación y alianzas; e) unas circunstancias que favorecían la toma de poder y cambio de sistema (vacíos de poder, conflictos armados, circunstancias geopolíticas favorables, etc.). 

5- Cuando apuntas al Estado, al gobierno, es fácil fijar la mirilla: es una estructura jerárquica y tiene una cabeza. Pero el capital es un rizoma: fluye de un lado a otro, es global, no tiene una cabeza visible ni un grupo detrás, es una lógica, sabe adaptarse, perpetuarse, está en la cabeza de tu vecino y de tu vecina. Pretender que tirarle piedras a la cabeza del Estado sin tratar lo otro va a cambiar algo, es ingenuo... o reformista... o peligroso. 

6- Hay otra opción: que el Asedio al Congreso no quisiese realmente tomar el poder, sino abrir la veda de los enfrentamientos directos contra la policía (cosa que, por supuesto, no se ha inaugurado hoy). Hay mucha gente que busca en España la situación griega, la imagen de manifestantes encapuchados enfrentándose a la policía. Tristemente, lo más interesante de Grecia no es eso, sino la inmensa cantidad de proyectos que están naciendo como monedas locales, hospitales y escuelas autogestionadas, cooperativas, redes de apoyo, economías alternativas, etc. Esto es lo que está actuando sobre la base real del capital: la propiedad y las relaciones económicas. Es lo que crea conciencia y lo que puede satisfacer necesidades inmediatas. Pero mola más la foto de la barricada. Ojo, que una cosa es la defensa en una situación concreta, y otra muy distinta el puro fetichismo de las capuchas y los cóckteles molotov. 

7- Aunque los policías son el brazo armado del Estado, el problema de este país no es la policía. Es estructural, es el sistema capitalista, y centrarse en el enfrentamiento, poner el enfrentamiento y el disturbio como sinónimo de la sublevación o casi como un fin, es errar el tiro por completo: al capital no le importa en absoluto que un policía arda en la Plaza Syntagma. Así que repito: una cosa es las personas que deciden defenderse o que reaccionan ante un acto de represión policial como los que vemos actualmente, y otra cosa centrar la acción política, el activismo, el discurso y el programa en pegarse con la policía. 

8- Los procesos sociales y políticos son complejos, plantean dudas, tienen contradicciones y muchísimos obstáculos. Cualquier receta para cambiar las cosas en una semana o un mes está condenada al fracaso. 

9- Los planes no pueden partir del 'y si...' sino de la realidad. No vale decir 'si todos asaltásemos el Congreso, las cosas cambiarían, así que voy a asaltar el Congreso y si no venís, es que sois cobardes o estáis adormecidos'. A lo mejor hay que plantear si asaltar el Congreso es la mejor vía y, de ser así, por qué la gente no va. Y empezar a trabajar a partir de los hechos, no de la situación hipotética que a cada uno le apetezca imaginarse. 

10- El discurso en general de ¡En Pie! era sospechoso. Transparencia cero, y una actitud de grupo de vanguardia que abre el camino para que 'el pueblo' o 'la masa' le siga. Ell@s tienen el plan, la estrategia, van a liberar a las masas proletarias de su enajenación y del expolio del capital, y del discurso amansador del 15-M... 

11- Aunque suene feo decirlo, no sé si hay, en el subconsciente de estás cosas, una actitud más terapéutica que política, un grito de rabia. Como escribió el lúcido Heleno Saña: "Tanto el quietismo como el activismo irreflexivo son hijos de la resignación y la desesperanza. El inhibido se cruza de brazos porque está convencido de que es demasiado débil para cambiar nada. El joven exaltado que coge una metralleta piensa en realidad lo mismo, pero menos sincero y consecuente que el inhibido, elige el absurdo. Sus gritos y balas no son más que la negación de la negación." 

En fin... Sólo espero que a l@s detenid@s no les pase nada... 

Artículo escrito por Batto en EL FARO CRÍTICO
Fuente fotografía: http://www.diariodeavisos.com/unos-2-000-manifestantes-se-enfrentan-policia-en-asedio-al-congreso/ 

La narración del atentado de Boston es una radiografía perfecta de nuestra sociedad

Artículo publicado en YOROKOBU Take a walk on the slow side por Borja Ventura. Un análisis sobre el tratamiento de la información que refleja fielmente lo que el cineasta, filósofo y escritor francés Guy Debord denominó la Sociedad del Espectáculo, en la que hoy nos hallamos inmers@s.
  
La otra tragedia de Boston: lo mal que contamos lo que pasaba

La narración del atentado de Boston es una radiografía perfecta de nuestra sociedad: una visión parcial de una realidad como respuesta a un fenómeno inesperado, el miedo ante lo desconocido, la búsqueda del culpable, la avalancha de la masa y la discrepancia respecto a la versión oficial. Todo ello aderezado con dramas humanos y una puesta en escena digna de Hollywood. Solo faltaba que los medios pusieran su granito de arena para crear la narrativa perfectamente catastrófica.

Cuántas veces habremos ido al cine para salir pensando que la película estaba bien, pero el guión estaba lleno de incoherencias o consecuencias inverosímiles. Si lo sucedido en Boston, donde tres personas murieron y dos centenares más resultaron heridas, fuera una película sería una de esas. Pero no, este caso ha sido real.

Conceptualización del hecho

A nuestro cerebro parece que le guste que le digan lo que tiene que pensar. Aunque nos aferramos con uñas y dientes al poder de decisión, a la personalización y al consumo dónde y cuándo queramos que nos permite la tecnología, necesitamos consejo.

Interprétalo como una guía de viaje ante la inmensidad de la realidad. En la Red es lo que ofrece Google, un lugar al que ir a preguntar cómo llegar a un sitio, un punto de partida desde el que empezar. Y ante la actualidad eso es lo que ofrecen los medios: una visión determinada de la realidad, una cómoda selección de lo que es importante acorde a dicha visión.

Toda producción cinematográfica, toda historia, necesita un nombre. Puede ser ’11S’, puede ser ‘cayuco’, puede ser ‘zona cero’, puede ser ‘recortes’. Un concepto fuerza que ayude a definir y comprender. En el caso de Boston ha sido ‘masacre’.

Pero ¿son tres muertos una masacre? Depende con qué se compare. Cada día mueren decenas en Siria y no nos interesa tanto como esta película de extraño guión. ¿Quién fija la comparación, quién pone nombre a estas realidades? Muchas veces, los medios.

La selección de la realidad
Si hay dos cosas que definen el trabajo actual de los medios son los intereses (económicos, temáticos, ideológicos) y la velocidad por ser los primeros en contar algo. ¿Y cómo unir ambas cosas? ¿Cómo decidir qué es importante y darle un nombre de forma rápida? Con un sencillo manual.

Ese manual tradicionalmente se ha llamado ‘valores noticia’ y se compone de una serie de preguntas que cualquier periodista puede responder de forma automática y sirve de cuestionario para decidir qué es importante y cuánto de importante. Ese cuestionario nos sirve para distinguir que tres muertos en Boston ‘interesan’ más que diez en Marruecos o cien en Siria.

Las preguntas son diversas: si afecta a mucha gente interesa más que si el hecho afecta a poca gente; si está de actualidad interesa más que si es un asunto pasado; si afecta a gente conocida interesa más que si afecta a desconocidos; si la historia es inusual interesa más que si es normal; si afecta a gente afín o contraria interesa más que si afecta a gente que nos es indiferente. Las preguntas son infinitas.

Pasando ese cuestionario es fácil ver que lo de Boston ha afectado a mucha gente, es de actualidad en tanto en cuanto la historia se narró en directo, no es usual que haya atentados en suelo estadounidense y afecta a gente sociológicamente afín. El drama de Siria no es ya inusual, tras más de un año de guerra, ni afecta a gente sociológicamente afín. Moraleja, en el mercado de los medios pesa más el kilo de muerto de un sitio que de otro, por decirlo con la crudeza con la que opera este cuestionario. Esta semana dos centenares de personas han muerto en una fábrica ilegal de textiles en Bangladesh que produce ropa para marcas españolas y a nadie le ha interesado la historia.

Luego esas respuestas pasarían por el tamiz de los intereses propios del medio: si encaja con la ideología del medio, si encaja con la visión de la sociedad por la que apuesta el medio, si va a generar audiencia y por tanto será rentable económicamente, si es fácil contar ese hecho…

Ese cuestionario, que explicado así resulta farragoso, es una especie de circuito mental periodístico automático: con leer un titular todo periodista sabe el resultado del test sin pensar las respuestas una a una. Lo llaman olfato, criterio, enfoque… pero en realidad es una herramienta de selección: ante el marasmo de información disponible el lector necesita que alguien seleccione de qué informarse y le evite hacer él mismo ese proceso.

Como consecuencia los medios reflejan una realidad irreal, llena de hechos llamativos y frescos, extremos e interesados. El clima perfecto para todo medio es tener siempre algo que contar: hoy la explosión en la planta de fertilizantes de West con “al menos 40 muertos” que no fueron, mañana el atentado de Boston, pasado el partido de Champions, después la cifra del paro, luego las protestas ante el Congreso y después los recortes del Gobierno.

Voracidad y sobrerrepresentación
Con tantas cosas sucediendo cada día se necesitan nombres, conceptos, ideas que hagan que la gente encasille y clasifique cada hecho para poder seguir el curso de los acontecimientos. Son pequeñas píldoras de información espectacular que no profundiza, contextualiza o explica.

En esa rueda no solo corren los medios, sino también (y, si cabe, más rápido) las redes sociales. Son la expresión perfecta del gatillo fácil. Pasar de un comentario a una campaña a favor o en contra de algo depende de un retuit. Hundir la mayor Bolsa del mundo y que se evaporen 136.500 millones de dólares en cinco minutos es cuestión de un bulo.

La economía es producto de sensaciones, pero también la política y la sociedad: palabras como ‘confianza’, ‘riesgo’ o ‘marca’ decantan la balanza. Y en un contexto tan etéreo el pánico se contagia rápido, sea en la Bolsa, sea en los medios. Siempre tras un accidente aéreo se multiplican las noticias de incidentes en aviones que son perfectamente normales. Siempre tras un caso sanitario se multiplican las alarmas que resultan ser falsas.

Y siempre tras una situación de riesgo terrorista, como en Boston, la histeria prende y empiezan a aparecer supuestos artefactos explosivos, sobres con sustancias extrañas y amenazas por doquier. Todo queda casi siempre en nada.

Quienes sacan ventaja de esa vorágine son los medios, que hacen cundir esa sensación de pánico amplificando fenómenos aislados, relacionándolos y dándoles contexto. Lo que son en realidad incidentes normales del día a día o acciones de oportunistas de iluminados parecen por un momento parte de un ataque terrorista perfectamente coordinado. El caos cunde en gran parte gracias a ese poder de focalización de la atención, conceptualización de su significado y dispersión del mensaje de los medios y redes sociales.

Identificación del culpable
Y así, cada día, deglutiendo historias. Hoy ya no importa Corea del Norte, ni la planta de fertilizantes, y mañana habremos olvidado Boston. Pero esa voracidad se lleva por delante muchos controles de calidad cuya ausencia tienen consecuencias serias.

Por ejemplo, después del atentado el New York Post llevó a portada la fotografía de dos supuestos sospechosos que, en realidad, no eran nadie.

Por si fuera poco, durante el día de la gran persecución por las calles de Boston se volvió a identificar mal a los perseguidos. Se dijo que uno era Mike Mulugeta a raíz de lo que transmitía el escáner de la Policía, sin verificación alguna.

También se identificó al segundo sospechoso como Sunil Tripathi, un estudiante de origen indio que lleva meses desaparecido y del que se llegó a decir que era depresivo y que había dejado una nota de despedida. El muro de Facebook de la familia se llenó de insultos, hasta el punto que tuvieron que salir al paso a responder. En cuanto se supo que él realmente no había tenido nada que ver con el atentado el muro se llenó de mensajes de ánimo y el vídeo que hicieron para buscarle multiplicó sus visitas.

Pero era tarde: este martes encontraban su cuerpo sin vida. El origen del bulo fue una compañera de Sunil que creyó identificarle, y Reddit dio cancha a la historia (para luego pedir perdón)Las redes sociales aportaron su grano de arena para esparcir el falso testimonio y a partir de ahí fue imparable.

El efecto de la masa
Ejemplos similares de cómo las redes sociales se convierten en una avalancha hay a diario: desde campañas contra personajes conocidos por comentarios desafortunados a, más recientemente, que un tuit falso desde la cuenta hackeada de Associated Press hiciera perder a la Bolsa 136.000 millones de dólares en cinco minutos. Es el efecto de la masa, imparable en movimiento, y no siempre acertada.

Pese a ello los medios, ávidos de información en una noche de infarto, se tragaron la historia: había tanta prisa por informar que cualquier rumor era una novedad digna de ser contada como si fuera verdad. Durante las horas que duró el asedio la información era un goteo constante y los rumores y desmentidos un caudal gigantesco. Las autoridades cerraron un barrio entero, que luego fueron seis y luego el Gobernador amplió a toda la ciudad.

Imagina una ciudad más grande que Madrid con todo el mundo encerrado, temblando de miedo ante tantos rumores distintos sobre un enemigo sin identificar. El miedo en sí no es un nuevo posible atentado, sino el caos: no saber quién te ataca, ni por qué, eso convierte en arbitrario al enemigo y todo se convierte en un objetivo. Es, de hecho, la misma lógica que las películas de terror: el problema no es el asesino con un perfil concreto, sino el asesino en serie que mata por matar, desbocado, imprevisible.

De ahí el esfuerzo de los medios por acotar, encajar, guiar a la gente a una identidad y una razón. Darles un nombre y una cara para poder odiar, aunque sea errando. Hasta la CNN habló de una detención nada más empezar la persecución. Las televisiones retransmitieron en directo cómo la Policía detenía y desnudaba a un joven en plena calle que estaba en el lugar equivocado en el peor momento de todos. Le liberaron al poco rato, pero sus imágenes, desnudo y esposado, seguían ahí.

Luego llegó el baile de nacionalidades: primero se dijo que eran turcos, luego que eran rusos, luego que eran chechenos. Hasta la embajada de la República Checa mandó una nota advirtiendo que su país y Chechenia no eran lo mismo porque no confiaban en que el ciudadano medio estadounidense supiera qué era Chechenia y por qué un par de chechenos podía querer atacarles. O kurdos, o rusos.

Espectáculo y conspiración
El penúltimo paso lo pusieron las teorías de la conspiración: que si una misma mujer en dos lugares distintos, que si el amputado de la fotografía es en realidad un soldado que ya era discapacitado… Con cada gran catástrofe siempre pasa lo mismo, como en EE UU los que creen que el 11S fue un autogolpe de Estado y los que en España creen que el 11M lo articuló el PSOE con ETA.

El último paso para cerrar el círculo de la cobertura mediática es el drama y la sangre. Portadas llenas de fotografías dantescas para ilustrar la situación, imágenes del suelo cubierto de sangre… Es la guinda final a una película con todos los ingredientes para arrasar en la taquilla de la audiencia mediática. Al final, cuando los malos son reducidos, la gente sale a la calle y jalea a los policías, se envuelve de su bandera y ni cuestiona si el despliegue de miles de agentes y soldados, el colapso total de una ciudad como Boston, valió realmente la pena y fue necesario. Los efectos especiales no se cuestionan.

Pero, lógicamente, hay otra forma de hacer las cosas. Parar, preguntar, confirmar, informar. Pensar como los japoneses, que no permitieron que se publicara ni una fotografía cruenta tras el brutal cataclismo provocado por un terremoto histórico, un tsunami devastador y una explosión nuclear.

Pero el cine que triunfa, ya se sabe, es el de Hollywood, no el asiático.

dissabte, 20 d’abril del 2013

LA COMUNICACIÓN JIBARIZADA

El término jibarización significa "reducir el tamaño de algo". Pascual Serrano, analista de los medios de comunicación y periodista independiente, ha publicado el libro "La comunicación jibarizada: cómo la tecnología ha cambiado nuestras mentes", en el que analiza, entre otras cuestiones,  la crisis periodística actual, la financiación del periodismo, denominado por él, de izquierdas -es decir, crítico y de análisis profundo de la información-  y las peculiaridades y peligros del entorno creado por el desarrollo y popularización de las nuevas tecnologías.

A continuación reproducimos una nota del editor, Manuel Fernández-Cuesta, publicada en la web del periodista: 

Parece que el compromiso, vieja palabra, no está de moda. Sin embargo quedan periodistas —frente a tanto tertuliano vocacional, espontáneo de cuota y aficionados varios— empeñados en mantener alta la llama del rigor y de la información de calidad, la información que requiere, en principio, una sociedad madura y democrática.

Este es el caso de Pascual Serrano, analista de los medios de comunicación y periodista independiente, que lleva años desvelando, las falsedades del sistema-mundo de comunicación.

Desde Desinformación (7ª edición), hasta este nuevo trabajo sobre tecnologías de la información, La comunicación jibarizada, Serrano desvela la manipulación, la reducción del pensamiento a tópicos y la ceguera, interesada, ante el empuje del high-tech. Las herramientas modernas, los diferentes canales, son útiles y ágiles, pero es necesario valorarlas en su justa medida para evitar que la comunicación, y la información, sean solo el reflejo de lo emocional, la subjetividad y el mundo virtual. Este libro es una advertencia. Y así debería ser leído. 
Entrevista concedida  ATTAC.TV en la que presenta su libro:

EL SISTEMA SANITARIO PÚBLICO ES MÁS ECONÓMICO, FIABLE Y EFICAZ QUE EL PRIVADO, POR SI AÚN TENÍAS DUDAS

Navarra, tierra de contrastes y de algunas otras cosas más, nos vuelve a sorprender. Esta vez ha sido gratamente. La Cámara de Comptos afirma rotundamente, que las Interrrupciones Voluntarias del Embarazo, -IVE- se deben hacer, y salen más económicas, en los centros públicos.


Analicemos, por partes, el enjundioso contenido del informe, elaborado por un organismo dependiente del Parlamento encargado de fiscalizar las cuentas públicas y realizado, por cierto, a petición de la izquierda parlamentaria. Nadie piense que al Gobierno de Navarra le importa un pito la salud sexual y reproductiva de las mujeres y menos las cuantiosas sumas que gasta en sostener los chiringuitos privados que prestan servicios médicos.

          En primer lugar hace un estudio exhaustivo y riguroso sobre los costes de las intervenciones en la clínica privada de Antsoain, y llega a una conclusión, que es casi un clásico en las manifestaciones que se producen continuamente en contra de la privatización de la sanidad pública: es sustantivamente más caro lo que se paga a los centros privados por las prestaciones y servicios que debe hacer la salud pública, que realizarlos en los centros públicos propios. Detalla casos concretos y precios y hace varias comparativas, en las que se ve el desfase de precios y costos, por lo que recomienda que se economice utilizando los servicios y centros públicos. La pregunta se une a las preguntas que estos días se están haciendo miles de personas en nuestra sociedad navarra ¿por qué los políticos y las políticas que gobiernan la Comunidad foral insisten de forma tan machacona en privatizar las prestaciones y servicios públicos si salen más caros?  Urge urgar en los bosillos de los dineros no sólo públicos, sino también privados, para analizar esta interesante pregunta.

          La segunda conclusión que se deriva del informe, interesa mucho a nuestros planteamientos, pues resulta que la realización de la IVE en la sanidad pública gararantiza mejor los derechos de las mujeres en el ámbito reproductivo y sexual. Y se refiere a la calidad de la prestación. A la cercanía, a la comodidad y a la buena asistencia para las mujeres que quieren interrumpir un embarazo no deseado. Lo que intriga o llama la atención a la Cámara es la práctica constante de externalizar estas prácticas sanitarias y derivar a las pacientes –y nunca mejor dicho- al centro privado de Antsoain. Y recuérdese que este centro lleva alrededor de un año de funcionamiento, pues anteriormente se las derivaba a otros centros privados de otras comunidades. Señala con mucho acierto, que una práctica tan elemental –hablando en términos de intervención- como es la interrupción del embarazo hasta las 14 semanas, que tiene una realización y una tramitación relativamente ágil, es la idónea para que se haga en los Centros de Atención a la Mujer (CAM), y en los centros hospitalarios, mediante la ingestión de una pastilla, hasta las siete semanas o mediante una sencilla intervención quirúrgica.

         Y aquí entra el segundo gran descubrimiento del informe de la Cámara, cuando hace público que en el flamante registro de personal objetor del Complejo Hospitalario de Navarra sólo hay apuntada una persona. Es decir que hay personal de sobra para realizar estas intervenciones, hay instalaciones superpreparadas y, además, el circuito normal de asistencia a las mujeres embarazadas, pasa por que acuda a los CAM para realizar la primera consulta y la asistencia normal, hasta que se las deriva a la clínica privada. O sea, que es más accesible para la usuaria.

            La tercera conclusión que refleja el informe, da en uno de los clavos centrales de la cuestión. A lo largo de los datos que se han barajado se observa uno que llama la atención, y es que, de las pacientes sometidas a intervención, consta que el 38,7% de ellas no utilizan métodos anticonceptivos. Se debe señalar que la media estatal es del 31,8%. Por eso una de las recomendaciones importante del informe dice literalmente que  se debe “analizar más a fondo el perfil de la mujer a la que se le practica una IVE con el fin de diseñar una estrategia de prevención de embarazos no deseados adecuada, teniendo en cuenta el porcentaje que no utiliza ningún método anticonceptivo, y mejorar la educación y orientación sexual”.  Bingo!!! A quince años de la implantación por parte de UPN de la política exterminadora de la educación sexual en los Centros de Orientación Familiar y Orientación Sexual –COFES- se documenta uno de sus mayores logros: crecen de forma alarmante los embarazos no deseados, en una Comunidad que fue pionera en las políticas de educación sexual y en el descenso de aquéllos entre la gente más joven.

         Desde nuestra organización nos felicitamos por poner en el candelero de nuevo tres de nuestras reivindicaciones importantes en el campo de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres: aborto libre y gratuito, en los centros de salud públicos, y unas políticas de educación sexual y reproductiva dirigidas especialmente a los sectores más afectados, como son las jóvenes.


Seguimos con interés las derivas de la política sanitaria navarra: ¿Cumplirá la consejera Vera algo de lo que se le recomienda desde la Cámara de Comptos? Y si no lo hace, ¿sería éste un caso de “scrache” institucional por acoso a las mujeres no atendidas como se merecen y como ordena la legalidad vigente?.

Article llegit a KAOSENLARED
Font imatge: http://langresta.blogspot.com.es/2012/08/que-hay-detras-de-la-nueva-ley-del.html 

dimecres, 17 d’abril del 2013

L' ESPANYA DEL PPSOE

Sense paraules...





















































































































Font vinyetes EL DIARIO.ES

dilluns, 15 d’abril del 2013

TÚNEZ: LA PRIMAVERA DE LA DIGNIDAD

La elección de Túnez para la celebración del Foro Social Mundial este año, no ha sido al azar. Miles de personas llegaron hasta la ciudad mediterránea para el encuentro; para el abrazo con el pueblo tunecino que derrocó al déspota y prendió la llama de la revolución en el Magreb. Dos años después de la llamada “primavera árabe”, los tunecinos se encuentran en plena transición pilotada por un partido que, sin embargo, no fue el que prendió la mecha de la insurrección popular. Llegamos a Túnez en un momento crítico, en pleno estado de emergencia y semanas después del asesinato de un carismático líder de izquierdas, Chokri Belaid.

El campus universitario de Al Manar se convirtió durante unos días en una ciudad alternativa a la propia medina tunecina protegida por alambradas, tanquetas y hombres armados. En ese “otro mundo es posible”, se dieron cita las mejores intenciones de construir una alternativa frente a la globalización capitalista. En decenas de talleres, los participantes debatieron durante horas fórmulas transformadoras para un planeta que agoniza y una sociedad que camina hacia el autoritarismo y la vulneración de los derechos humanos. Un empeño colectivo, multicultural, cuajado de ilusiones juveniles de todas las edades y procedentes de toda la Tierra. Un espacio de respeto y convivencia con la sonrisa como denominador común, con una banda sonora plural y rica frente a los himnos patrióticos que el neoliberalismo más voraz está imponiendo, en esta vuelta de tuerca que trata de despojar a los seres humanos de las conquistas sociales arrancadas en décadas de sacrificio y lucha.

Tal vez una isla en una sociedad vigilada como es hoy Túnez, como lo son también Madrid o Washington, donde el poder se blinda ante las demandas sociales. Pero una isla bañada por un mar de ilusiones y esperanzas, con millares de olas de rebeldía, frente a la calma chicha de la resignación. Un espacio donde no hay lugar para la resignación que reclama a los cuatro vientos LA DIGNIDAD como estandarte para esta causa común.

Font text i vídeo: PERIODISMO HUMANO

dimarts, 9 d’abril del 2013

"Me declaro partidaria acérrima del escrache, especialmente desde que he escuchado a los culpables quejarse de que hacemos ruido y que nuestro ruido les molesta"

Pues yo, al contrario que Jesús Posada, que está “profundamente preocupado” por el escrache, opino que entre la barbarie (su barbarie) y la gente corriente se interpone la protesta social no violenta en cualquiera de sus formas. Porque están construyendo –sobre nuestras espaldas- una sociedad en la que una minoría se enriquece a costa de las vidas de la mayoría, que bastante tiene con luchar para sobrevivir. Familias con niños pequeños son expulsadas de su casa violentamente y dejadas, sin más, en la calle con sus enseres; personas con discapacidades graves son privadas de sus pensiones, lo único que tienen para poder llevar una vida que merezca tal nombre; hay niños que van a clase sin desayunar, hay jubilados que tienen que elegir entre medicinas o comida. El nivel de vida de la gente ha descendido dramáticamente y en muchas ocasiones se sitúa al nivel de la pura supervivencia y, mientras, cada día asistimos entre atónitos y furiosos al espectáculo de ver cómo ellos parecen únicamente dedicados a repartirse impúdicamente el botín: la sanidad, la educación, la dependencia, las pensiones… Todo eso y nuestros sueldos son sus fortunas. 

Contra esta barbarie está la dignidad de no aceptarlo. De protestar ante quienes nos imponen este estado de cosas. La protesta no violenta es la máxima prueba de dignidad de unas personas que se niegan primero a aceptar una situación completamente injusta y que deciden organizarse, luchar juntos, apoyarse, solidarizarse con el sufrimiento ajeno, no admitir que esto es una lucha individual ni de todos contra todos. Es una lucha contra los culpables, todos contra ellos. La protesta social abre espacios de resistencia y de inteligencia colectiva, de afecto mutuo, de solidaridad y de dignidad. La lucha social, como la que lleva a cabo la PAH, que ha conseguido organizar a la gente afectada, convertir a gente sin esperanza en sujetos de su propia lucha y no en víctimas adormecidas, es lo que más teme esa élite que nos gobierna antidemocráticamente, porque es la prueba de que nos resistimos y que nos podemos enfrentar a lo que nos preparan. En la medida en que ellos se preocupan nosotros y nosotras sabemos que vamos por el buen camino. El escrache les ha preocupado hasta el punto de compararlo con ETA. Están comparando los tiros y las bombas con gritos, pegatinas y pancartas. Así que sí, están preocupados. Y con razón. 

A cualquier persona normal tiene que resultarle insoportable el cinismo de un González Pons, al que el escrache le ha obligado, por primera vez, a escuchar la indignación de los desahuciados, diciendo que se ha sentido acosado, violentado, amenazado y que no hay derecho a lo que han hecho con sus hijos. Porque las palabras de González Pons nos llevan, supongo que sin él quererlo, a pensar en todos los desahuciados que son diariamente acosados, violentados y amenazados por las entidades bancarias. Y de ellos todos los que tienen también hijos a los que se saca sin miramientos de sus casas. Y seguimos pensando y vemos que muchas de esas personas son jubilados, personas enfermas o con hijos enfermos, personas que no tienen nada más que esa casa, mientras que lo peor que le puede pasar con el escrache a González Pons o a sus hijos es que no puedan escuchar la televisión o que los vecinos se quejen. 

Cada vez que algún político o periodista dice algo en contra del escrache eso sólo sirve para poner el foco en la diferencia entre sus vidas y las de las personas víctimas de la ley hipotecaria, entre sus privilegios y las necesidades de los demás; para poner de manifiesto que de esta situación hay culpables y que hay que señalarles. Cada vez que abren la boca para amenazarnos, para pedir, como Rajoy que denunciemos a los que hacen escrache, lo único que demuestran es que los escraches les atemorizan. Así que yo lo que deseo es que el escrache se haga total; que haya un escrache sanitario que persiga a los que venden la sanidad, que haya un escrache educativo, un escrache que obligue a quienes recortan en dependencia a ver a esas personas dependientes a las que condenan; que se señale a los que hacen negocios con nuestros derechos, a los que defraudan, a los que se enriquecen con lo público, previamente robado.

Me declaro partidaria acérrima del escrache, especialmente desde que he escuchado a los culpables quejarse de que hacemos ruido y que nuestro ruido les molesta. Entonces somos muchos los que nos hemos dado cuenta de que hay que hacer ruido, mucho ruido, mucho más ruido. Entre su barbarie y nuestra dignidad está la protesta. Tiene que ser no violenta pero puede ser muy ruidosa, hagamos ruido, todo el ruido posible, que no puedan dormir.

Artículo de Beatriz Gimeno publicado en EL PLURAL.COM