dimecres, 14 d’agost del 2013

EL ESTABLISHMENT NORTEAMERICANO INTENTA JUSTIFICAR LAS ENORMES DESIGUALDADES SOCIALES CON TEORÍAS GENETISTAS, IGUAL QUE HIZO LA ALEMANIA NAZI

El artículo de Vicenç Navarro que reproducimos a continuación, corrobora el punto de vista que Beatriz Gimeno desarrolla en el escrito titulado Ya están aquí, y que publicamos en este blog el dia 10 de agosto. En él, la autora expone, con claros ejemplos, la llegada del fascismo a las instituciones de determinados países europeos -sino de todos, tal y como nos preguntábamos en su presentación- con sus elementos más identificativos: racismo, xenofobia y sexismo, entre otros aspectos. También remarca el tímido rechazo de la opinión pública, partidos políticos e instituciones a unas actitudes y afirmaciones sumamente graves que, tal y como nos recuerda la reciente historia europea, fueron el inicio del desarrollo de un sistema que nos sumió en la barbarie.

Así, Vicenç Navarro pone de relieve hoy la peligrosa difusión en la sociedad norteamericana de determinados estudios pseudocientíficos que intentan justificar las cada vez mayores desigualdades sociales por medio de argumentos que no soportan análisis de ninguna disciplina científica. Estos pseudoestudios han sido publicados en la universidad de Harvard y con ellos se pretende que las políticas económicas aplicadas por el establishment de EEUU no aparezcan ante la opinión pública como las auténticas culpables del empobrecimiento de la mayoría de la ciudadanía, sino que sean condicionantes biológicos y genéticos los expliquen estas inequidades tan injustas. No se puede pedir más falta de respeto a la inteligencia humana.

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LAS TEORÍAS GENETISTAS DE LAS DESIGUALDADES
 
Una ideología que se está promoviendo por círculos conservadores y neoliberales a fin de justificar el enorme crecimiento de las desigualdades que caracterizan los tiempos actuales (resultado de la aplicación de políticas conservadoras y neoliberales) es que estas desigualdades son consecuencia de la diversidad genética dentro de las poblaciones en las que existen estas desigualdades. Según esta postura, las desigualdades de renta se presentan como resultado de la diversidad en la composición genética de la población. Así, en un artículo publicado en la prestigiosa revista Science (“GWAS of 126,559 individuals identifies genetic variants associated with educational attainment”. Science, 21. Junio de 2013), los autores (Rietveld et al.) señalan la estructura genética de una persona y/o grupo étnico como causa de su desarrollo educativo y, a través de ello, del nivel de renta que adquiere. Y en la Universidad de Harvard, una tesis doctoral, “IQ and Immigration Policy”de Jason Richwine del Departamento de Políticas Públicas (mayo de 2009), se ha aprobado y publicado recientemente en la que se sostiene que los hispanos en EEUU, procedentes de países de habla hispana, tienden a concentrarse en las clases menos adineradas y con menos recursos de aquel país debido a su supuesta inferior estructura genética, menos desarrollada y de menor calidad –según el autor- que la existente entre la población blanca nacida en EEUU. Para demostrar sus tesis, asume que los hispanos tienen una estructura genética distinta a la de los nativos blancos estadounidenses. Y, al ver que el cociente intelectual (CI) (que es la puntuación obtenida en una prueba diseñada para medir la inteligencia) de los nativos blancos es superior a los de los hispanos, concluye que la supuesta inferioridad de los hispanos se debe a su inferior estructura genética. Es sorprendente que esta tesis haya sido aprobada en uno de los centros que tienen mayor prestigio en el mundo académico estadounidense.

Los errores y falacias de este estudio son múltiples, comenzando por asumir una estructura genética propia de los hispanos, un grupo que, más que étnico, es cultural, que se caracteriza por su enorme diversidad genética. Este supuesto de uniformidad genética, en sí, es una valoración enormemente subjetiva, con tonos racistas claros, lo cual es confirmado cuando el doctorando atribuye también la pobreza de Latinoamérica a la inferioridad genética de las poblaciones que viven en aquel continente, en comparación a la existente en EEUU entre los blancos, para los cuales el autor también asume que tienen unas características genéticas comunes. Y para llegar a su conclusión, asume también que la calidad y el desarrollo intelectual de una persona se miden objetivamente con la prueba de test del CI, prueba bien conocida por su sesgo clasista, pues mide más la habilidad de respuesta al test que el nivel intelectual, estando determinada esta habilidad por una socialización dependiente del contexto social del individuo.

Que una tesis con tanta debilidad metodológica haya sido aprobada en un centro académico como la Universidad de Harvard dice mucho del clima ideológico que se ha alcanzado en círculos del establishment estadounidense, en momentos de gran dominio neoliberal. Tal dominio requiere una teoría hegemónica, legitimadora y justificativa del enorme crecimiento de las desigualdades. Esta teoría, en la que lo social se presenta como biológico, recuerda, por cierto, a las teorías genetistas del nazismo, que hoy se enseñan sin ningún pudor en algunos centros académicos estadounidenses.

Es interesante que la protesta que este estudio ha generado en EEUU (e incluso dentro de Harvard) haya sido desechada por las autoridades académicas de tal universidad por considerarla un ataque a la libertad de conocimiento y de investigación, libertad que está, por cierto, enormemente limitada en aquel centro (y en la mayoría de centros académicos estadounidenses) como consecuencia de las enormes limitaciones en su diversidad ideológica, estando la ideología de tales centros muy sesgada hacia posturas conservadoras y neoliberales, poco sensibles al pensamiento crítico. En realidad, este panfleto (que se legitima presentándose como tesis doctoral) intenta justificar una estructura de poder que es la que financia, apoya y promueve este tipo de estudios, excluyendo a pensadores críticos de tal estructura y dando el favor, en su lugar, a pensadores que favorecen tal estructura del poder –por muy extremistas que sean.

Articulo de Vicenç Navarro publicado en su blog
Fuente fotografía: http://www.salaescena.es/blog/?p=470

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