diumenge, 30 d’octubre del 2016

¿Qué es la cultura?

El término cultura, tal como lo entendemos en la actualidad, surgió a finales del siglo XVIII en Alemania, pero fue en la época de Bismark donde adquirió la dimensión política con la que ha llegado hasta nuestros días. Entre 1862 y 1870, el canciller lleva a cabo el proceso de unificación de los antiguos estados alemanes y pone en marcha la Kulturkampf (lucha por la cultura) con la que dota de contenido ideológico a sus objetivos imperialistas. 

Tal como explica el filósofo Gustavo Bueno en  "El reino de la Cultura y el reino de la Gracia", tradicionalmente, la idea de cultura era un concepto sincategoremático, necesitaba de otros términos para adquirir significado, no tenía sentido por sí solo, como es el caso, entre otros, del sustantivo agri-cultura; el término hacía referencia a la adquisición de hábitos, buenos o malos, aprendidos por personas primitivas, salvajes e incluso animales, considerada, dicha adquisición,  en términos  individuales y nunca como heredados, sino aprendidos. Es a partir de su concepción moderna que el sujeto de la cultura deja de ser el individuo y pasa a ser el Pueblo.  Ahora, la cultura elevará al ser humano por encima de su condición animal y natural y, con el tiempo, “a la cultura de cada pueblo se le conferirá, casi siempre, el valor de ser la substancia espiritual misma de ese pueblo, el fundamento de su identidad irreductible y su razón de ser”. La cultura, en términos políticos y sociales, lo justificará todo. 

La politóloga iraní Nazanín Armanian, en el seminario impartido en la Librería Pròleg de Barcelona el pasado 12 de octubre, señalaba el gran error que había supuesto para los países de Oriente la exportación que ha hecho Occidente de su idea “una cultura (una nación)=un estado”, debido a la gran variedad de culturas que se sienten parte del Estado en el cual conviven y, a su vez, el hecho de ser insuficiente para articular un estado, o identificarse como parte de una nación, compartir un substrato cultural común, especialmente cuando los individuos que forman parte de él se hayan dispersos  por diferentes países, como es el caso del llamado Pueblo Kurdo que, según la especialista en Relaciones Internacionales, dista mucho de formar una unidad nacional.      

Así mismo, la teórica política Hannah Arendt afirmaba que los países europeos no comprendían el hecho de que Estados Unidos fuera un Estado y no una Nación, ya que no se había configurado como tal basándose en una unidad étnica y cultural, como sí ocurre en el caso de las naciones-estado. Así, cualquier persona que jurara su Constitución era considerada ciudadana americana, aunque su “cultura” (sea lo que sea lo que entendemos por cultura) fuera completamente distinta -e incluso pudiera entrar en conflicto con otras- a la de las demás personas igualmente consideradas ciudadanas americanas. Otra cuestión es en lo que, finalmente, este Estado se ha convertido; ya sabemos que los caminos, objetivos y necesidades que llevan a la formación de un Estado son inescrutables. 

Volviendo al filósofo anteriormente mencionado, y de acuerdo con él, la idea de cultura no aparece en los ideales de la Revolución Francesa, que siguen presentes en nuestros días. Según Gustavo B., la idea de Libertad se sigue manteniendo en un primer puesto aunque, tampoco, nadie sepa my bien qué es; la Fraternidad se ha transformado en Solidaridad y la Igualdad ha ido perdiendo puestos desplazada por la Cultura que, en su ascenso, es posible que acabe asimilando el concepto Libertad y usurpando su lugar. 

Como veremos en el vídeo que reproducimos a continuación en el que se recoge una conferencia del sociólogo Manuel Delgado sobre la Cultura, una cosa queda clara: nadie sabe definir qué es la Cultura, pero su prestigio, su valor, continua en alza y, aunque en ocasiones nos podamos referir a ella de manera peyorativa (cultura del pelotazo, cultura de las tarjetas black, etc.) en general hace referencia a algo digno que hay que conservar a toda costa (y a todo coste, no sólo económico), pero imposible de definir y, por tanto, ¿de comprender?. 


Actualmente, la actividad cultural parece haber dejado de relacionarse con los objetos y de ser un fenómeno del mundo, tal como definía la cultura Hannah Arendt. Más bien, es utilizada por el Estado -que previamente se ha apropiado de ella- como instrumento de uniformación de la ciudadanía, a la cual le dice, a través de sus órganos de administración, qué manifestaciones son consideradas Cultura -aunque no sepa muy bien qué es esto de la cultura- las regula, promueve y financia y, finalmente, las ofrece como un objeto elaborado listo para ser consumido, previo pago, durante el tiempo de “ocio”.

Artículo escrito por la administradora del blog


Fuente fotografia: http://www.ofrases.com/frase/8120

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